Cúrame

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Narra Mia.

14 de febrero.

El domingo 6 de febrero, el Barça jugó contra el Atlético de Madrid en el Camp Nou. Fue un auténtico partidazo. Los colchoneros se adelantaron primero en el marcador, pero apenas dos minutos después Jordi Alba igualó el encuentro con un golazo. En el minuto veintiuno, Gavi anotó el segundo y, una vez más, me señaló. Justo antes del descanso, Araujo marcó el tercero. Ya en la segunda parte, en el minuto cuarenta y nueve, apareció Dani Alves para poner el cuarto. En el cincuenta y ocho, Luis Suárez recortó distancias.

Ayer jugaron un nuevo partido de liga, esta vez el derbi catalán contra el Espanyol. Apenas comenzado el encuentro, Pedri abrió el marcador. En el minuto cuarenta, Darder empató. Más tarde, Raúl de Tomás puso por delante al Espanyol en el minuto sesenta y cuatro. Pero cuando parecía que la victoria se escapaba, De Jong apareció para igualar el resultado.

- ¿Me estáis escuchando? - me saca de mi trance la voz de la profesora.

- ¿Nos ve con cara de que la estamos escuchando? - susurra Bea, y yo niego con la cabeza.

- Como iba diciendo, hoy es el día de San Valentín.

Miró el calendario al fondo del aula y sí, hoy es 14 de febrero. El número aparece en rojo y bien grande. A mí se me había pasado por completo.

Puede que para algunos sea un día especial, bonito, incluso mágico. Pero para mí es como un día cualquiera. Creo que el amor se demuestra todos los días, en los pequeños gestos, en las rutinas compartidas, en los silencios cómodos.

No creo que haga falta un día señalado para llenarse de regalos o ser más cariñoso que de costumbre. Los detalles que importan están en lo cotidiano.

- Quiero que en un folio me escribáis una reflexión sobre lo que significa para vosotros el amor.

Tomo el folio en blanco y, tras pensarlo un buen rato, empiezo a escribir:

Para mí, el amor es un sentimiento de afecto profundo y desinteresado hacia alguien a quien deseas todo lo bueno.
Es un conexión emocional tan intensa que te imaginas caminando junto a esa persona por el resto de tu vida.
El amor no solo se trata de sentir, sino de saber cómo hacerlo: compartir, aprender, descubrir juntos.
Es ese lugar donde el alma sonríe, ese refugio seguro que te arropa cuando el mundo pesa.
El amor verdadero te suma, te impulsa y te recuerda que no estás solo.

El día universitario se ha hecho eterna. Todos los profesores han mencionado el tema del día: San Valentín. Algunos han puestos vídeos, otros nos han hecho dibujar. En uno de mis dibujos, sin quererlo, acabé plasmando una imagen: nuestras manos entrelazadas, la mía y la de Gavi.

Por fin estoy en casa. He terminado de comer y, por alguna extraña razón, hoy no nos han mandado ningún trabajo. Milagro.

Gavi✨
Bombón mío, en media hora estoy en tu casa,
así que prepárate.

¿Qué ?
Gavi, ¿a dónde vamos?

Sorpresa.

Pero...

Pero, nada.
Te veo en media hora, preciosa ❤️

Ah, y puedes ir como quieras, total siempre estás preciosa.

bueno, nos vemos, guapito ❤️

Después de varios minutos buscando qué ponerme, termino eligiendo una sudadera de él y un pantalón negro.

Justo media hora después, suena el timbre y corro a abrir.

- Lo que yo decía... siempre estás preciosa - dice antes de besar mis labios.

- Tú si que estás guapo.

- Vamos, que la sorpresa nos espera - dice tirando de mi mano.

Nos montamos en su moto y dejo que me lleve donde quiera.

- ¿Dónde estamos? - le pregunto cuando me cubre los ojos con las manos.

- En el Tibidabo - responde.

El parque de atracciones está en la cima de Barcelona. Las vistas desde la noria son de otro mundo.

Desde aquí puede verse el Templo Expiatorio del Sagrado Corazón, un templo neogótico coronado por la estatua de Cristo. También está el Museo de la Ciencia en la parte baja, que recrea paisajes geológicos y enseña los avances científicos a lo largo del tiempo. Y la Torre de Comunicaciones de Collserola, construida para los Juegos Olímpicos de 1992, hoy funciona como mirador.

El parque de atracciones del Tibidabo es el más antiguo del país y uno de los primeros de Europa.

Y justo aquí, junto a Gavi, con la ciudad a nuestros pies, no se me ocurre mejor lugar para estar.

—¿Sabes por qué te he traído aquí? —me dice en voz baja.

—¿Por las vistas?

—Porque quería llevarte al punto más alto de la ciudad... para recordarte que contigo todo sube. Todo es más.

Desde aquí se ve el Templo Expiatorio del Sagrado Corazón, imponente y protector, como si velara por los que, como nosotros, creen en algo más grande que las palabras: en el amor, en la compañía, en la promesa de estar, incluso cuando todo tiembla.

El aire es fresco, pero no tengo frío. Me cobijo en su abrazo y me dejo llevar por el momento.

—Estar aquí contigo —susurro— es como mirar el futuro desde lo alto. Y me gusta lo que veo.

Él no dice nada, solo me besa la frente. Y en ese silencio compartido, entiendo que el amor también es eso: quedarse, mirar juntos hacia adelante, y saber que en medio del vértigo, hay alguien que siempre será tu equilibrio.