Capítulo 27

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La segunda fase de la competencia apenas comienza, esta vez sí hemos logrado llegar a tiempo y no asustar al señor de la entrada con nuestra corrida de última hora; de hecho, puedo decir que nos saludó con una sonrisa divertida y le devolvimos el saludo con la misma efusión, seguramente quedamos plasmadas en su mente por casi llevarnos la puerta por delante.

André nos dejó en el lugar de la competencia y fue a buscar a Matthew a su apartamento. Si bien no llegamos tarde, lo hicimos con el tiempo justo, e ir a buscarlo antes de llegar aquí habría implicado un retraso. El auto de Matt presentó fallas y está en reparación.

Una de las mejores cosas del día de hoy, es que nuestras familias aún no han regresado a Marsella, por lo que quisieron acompañarnos entre el público.

Luego del altercado de ayer entre nosotros, nos tocó limpiar todo el desastre de harina que hicimos, darnos una buena ducha y comernos el pastel que preparado... que quedó con más harina de la necesaria. Abel salió un momento, mientras todos los demás nos terminábamos de limpiar, para irse a una barbería y rapar su cabeza.

Nos fulminó a todos con la mirada por reírnos de su cabello maltrecho y cubrió su cabeza con una gorra de André para que las demás personas no le dieran miradas extrañas o risas burlonas.

Volviendo al presente, justo en este momento estamos las catorce parejas de pie, siete en una fila delantera y las otras siete detrás, y Murray está delante de nosotros diciendo sus palabras introductorias.

A todos en la fila de adelante nos dieron unos delantales verdes, mientras que los de atrás tienen unos de color naranja, y nos asignaron un mentor a cada grupo. Benjamin DiNozzo para el verde, y Carlee Coleman para el naranja.

—Para este reto haremos algo un poco diferente... no competirán con su pareja, sino con la pareja de alguien más. —Blair y yo nos miramos mutuamente—. Vinieron aquí con una pareja específica, lo que quiere decir que tienen cierta sincronía; por eso hemos decidido sacarlos un poco de su zona de confort.

Es en estos momentos cuando, en un programa televisivo, pondrían tras cámaras a los concursantes a decir sus opiniones sobre lo que Murray acaba de decir. Casi puedo imaginarme a nuestros contrincantes decir algo como: «no puedo creer lo que Murray acaba de decir, ¿jugar sin mi compañero? —respiración profunda—, veremos qué pasa».

—Ustedes mismos escogerán a su nueva pareja. —Inmediatamente los murmullos se hacen presentes—. Pero —dice en un tono más alto para llamar la atención de todos—, no de la forma que ustedes creen.

Por el rabillo del ojo, noto que varias personas se colocan al lado de todos nosotros.

—El personal de nuestro staff les vendará los ojos a todos ustedes —prosigue él—, los desorientarán un poco y caminarán a ciegas hasta tocar a la primera persona, algo así como el famoso juego de la gallina ciega.

Blair me mira dramáticamente como diciendo «no quiero que me separen de ti», a la vez que veo por encima de su hombro a una chica más o menos de nuestra edad acercándose a ella, por lo que supongo que también hay alguien acercándose a mí por detrás.

Tocan mi brazo y volteo para ver a la mujer que nos atendió el primer día y nos dio los delantales con nuestro número. Me saluda con una sonrisa y me muestra un pañuelo negro.

—Te vendaré los ojos —avisa y me doy la vuelta. Segundos después, no veo nada y lo único que puedo sentir son sus manos en mis hombros, dirigiéndome hacia un lugar específico, posiblemente me esté alejando de Blair.

—Una vez toquen a alguien —habla Murray—, pueden quitarse la venda. En caso de que toquen a sus parejas actuales, deberán colocársela nuevamente y seguir buscando. Ahora que están todos listos, pueden comenzar.

De París, con amor [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora