Capítulo 57

2.2K 222 146
                                    

💞│Capítulo dedicado a CiaraYuninAndreaQuirozTorres

______

Las alarmas de mi cabeza no me dejan reaccionar de una vez. Mi mente no ha terminado de asimilar lo que está pasando, y el miedo le impide a mi cerebro enviar la orden de huir.

—Gracias por la llave —habla Hugo, sacudiendo el objeto en su mano.

Me tambaleo, retrocediendo un paso. El alma se me cae a los pies. Quitó la llave de mi llavero, lo que quiere decir que estaban seguros de que la tenía... y la única vez que la usé fue la noche del accidente de Blair, la noche donde el hombre frente a mí estuvo implicado.

El color abandona mi rostro y me obligo a respirar profundo para no sentirme desfallecer.

Yo les di la llave... les facilité el acceso al apartamento.

«Ellos te la quitaron.»

Se supone que estábamos en un lugar seguro, y dejó de serlo por mi culpa.

Vuelve a colocarse el pasamontaña, y ambos tipos se acercan a mí con paso decidido, y solo se me ocurre hacer una cosa.

—¡Matthew! —grito a todo pulmón mientras me debato en cuál dirección salir corriendo.

Estoy perdiendo segundos valiosos, ¡pero es que no sé qué hacer! Correr hacia la habitación sería acorralarme, e ir hacia la puerta es dejar a Matthew solo.

Hugo le dice algo al otro tipo, este arremete contra mí, y profiero un grito cuando sus manos me atrapan en mi intento de salir corriendo. Cubre mi boca con una de ellas, presionando con fuerza.

—Iré por él —avisa Hugo, al mismo tiempo que su compañero logra hacer que dé media vuelta entre removerme tanto y apoyar la espalda contra su pecho para tenerme mejor sujeta.

Trato de morderle la mano sin dejar de moverme, haciendo la mayor cantidad de ruido posible para despertar a Matthew.

Pateo, me apoyo en él para patalear más y muevo la cabeza de un lado a otro, buscando hacerle algún daño. Logro que gruña y maldiga, pero su agarre se endurece. Él forcejea conmigo mientras miro con horror cómo su compañero se acerca a la habitación y desaparece tras la puerta.

Dos segundos después, el sonido seco de un disparo me pone los vellos de punta y me saca el aire del pecho.

«No.»

Chillo tan fuerte como puedo, las lágrimas inundando mi rostro al instante y el corazón hundiéndose en mi pecho más y más con cada milisegundo que pasa. Una sensación horrible naciendo en mí.

«¡No!»

Dejo de moverme como posesa, esperando escuchar algún ruido provenir de la habitación. Algo que indique que él está bien.

Nada.

—Espero que te hayas despedido —me susurra el hombre. Su mano apenas de afloja, pero es suficiente para que pueda tomar aire.

—¡NO! —exploto, alargando mi grito de una forma que suena desgarradora hasta para mí misma, mi voz quebrándose al final.

Él no puede estar muerto. ¡Matthew no puede estar muerto!

Mi corazón finalmente se hunde hasta mis pies, y un enorme vacío se instala en su lugar. Me cuesta respirar, mi cerebro ha dejado de mandar órdenes a mi cuerpo. Es demasiado para soportar. Si el tipo no estuviera sosteniéndome, ya habría caído al suelo.

De París, con amor [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora