Capítulo 39

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Llevo el extremo del lápiz a mi boca, mordiendo levemente la goma de borrar en un gesto casi inconsciente para intentar concentrarme más, al mismo tiempo que cruzo las piernas con cuidado de no perder el equilibrio sobre el taburete de la barra. Llevo más de quince minutos sentada en la parte de la cocina tratando de enfocar mi mente en el menú del aniversario del Allexia Mourie.

Miro por milésima vez la hoja blanca de mi block de notas, en donde solo se pueden leer las palabras «Posibles recetas» y un borrón en la línea de abajo hecho luego de descartar lo primero que pasó por mi mente.

Elevo la vista al frente, hacia la sala de estar, donde observo fijamente una de las fotografías en la que estamos Blair y yo luego de salir del instituto en Marsella. Al momento de la foto, llevábamos cerca de dos años de amistad, nuestros rostros de dieciséis años destilaban inocencia y nuestras enormes sonrisas demuestran lo bien que la pasamos en ese momento luego de una guerra con agua entre ambas.

La mamá de Blair capturó el momento sin que nos diéramos cuenta, yo sostenía una manguera en mis manos con la boquilla apuntando hacia arriba para simular lluvia, al mismo tiempo que Blair me arrojaba agua con una cubeta que había estado llena.

Esa es la misma fotografía que Matthew estuvo observando la primera vez que estuvo en este apartamento, momentos antes del incidente con el auto de André.

—¿Reflexionando sobre tu vida? —comenta Blair con tono relajado al llegar a la sala de estar.

Coloca su bolso en uno de los sillones individuales y se alisa la blusa, dedicándole mayor atención a la parte del busto, donde al parecer tenía una pelusa. Ella se ha estado terminando de preparar para irse a trabajar y André ya se ha ido una hora antes; es lunes a media mañana, un día después de haber ido a ver los establecimientos que escogió Matthew, por lo que aún me faltan unas horas para ir al Allexia.

—De hecho... —dejo el lápiz acostado de forma horizontal sobre el block, y fijo toda mi atención en ella—... eso lo hice ayer. Pero no sobre mi vida, sino sobre la tuya.

Deja de acomodarse la ropa y alza la mirada hacia mí, su ceño un poco fruncido.

—¿La mía?

Asiento lentamente. —¿Cuál es tu sueño, Blair?

Hace una mueca de extrañeza, acercándose a mí a paso lento y tomando asiento en otro taburete frente a mí, quedando separadas por la barra.

—¿A qué te refieres? —inquiere.

—Ambas sabemos qué es lo que a mí me gustaría hacer o tener en un futuro... tú dices que me vas a ayudar, pero ¿es lo que tú realmente quieres hacer?

Alza y baja las cejas, y mira detrás de mí a ningún lugar en específico con una expresión pensativa.

—Creo que nunca me había planteado lo que de verdad quiero —susurra al transcurrir unos segundos—. Siempre he dicho que te ayudaría y no pensé más allá de eso. En mi mente adolescente me parecía brillante la idea de que ambas formáramos parte de tu idea, y al parecer me limité a eso... ¿Cómo crear una crisis existencial en menos de cinco minutos? —dice para sí misma—. Amber Miller sabe. —Río levemente.

Guarda silencio bastante rato, sumida en sus pensamientos. Desde hace tiempo hemos estado de acuerdo en lo del restaurante, pero eso es más bien algo mío. No dudaré en que ella me dé su apoyo en lo que pueda; sin embargo, ella estaría atada a mí.

Su vida indirectamente transcurriría en torno a la mía, y la idea de que, con el pasar de los años, ella se arrepienta de no hacer lo que le apasiona, me aterra.

De París, con amor [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora