Capítulo 25

3.9K 386 123
                                    

Adivinen quién apareció por aquí para decirles que 🍿preparen las cotufas🍿.

_________

—Lamento que hayas tenido que presenciarlo eso. —Gabe se sienta en mi misma posición, apoyando la espalda en la pared y con las piernas extendidas, mirándome—. Fue la combinación de todos mis demonios juntos. —Mueve un poco su mano, acercándola a la mía como pidiendo permiso para tomarla y, al no inmutarme ni moverme, la toma con movimientos inseguros.

—¿Por qué dijiste todo eso? —Mi voz suena impasible.

—Era evidente que no pensaba con claridad. Realmente no creo nada eso, dejé que mi mente divagara. Oírte decir lo que sientes atrajo todos mis temores, y no lo pude controlar. Comencé a imaginar lo peor.

Su mano se desliza a mi cintura y da un suave apretón en mi costado en una invitación silenciosa. Asiento una vez con la cabeza, dándole luz verde, y me incita a sentarme a horcajadas sobre su regazo. Apenas lo hago, me rodea la cintura con las manos con firmeza, como temiendo que me vaya en cualquier momento.

Observa mis ojos fijamente, y en los suyos puedo vislumbrar temor.

—También te amo, Bee —pronuncia lentamente, de manera suave—. No imaginé tener a alguien como tú, y temía arruinarlo.

—Eso hiciste. —Aún creo que hay pedazos de mi corazón regados en el apartamento.

—Lo sé... Lo sé, y lo lamento muchísimo... Por favor, perdóname. —Casi luce desesperado, alternando la mirada en mis ojos—. Has visto cómo me pongo en un ataque de ansiedad. Ese fue el peor que he tenido, no por cómo he quedado, sino por las consecuencias que me trajo... contigo.

—¿Qué pensaste como para llegar hasta ese punto?

—He pasado por circunstancias que han hecho que me convierta en lo que soy —responde con la respiración contenida.

—Y por supuesto que no son buenas... —deduzco.

—No.

—¿Por qué ese repentino odio hacia tu nombre?

Inhala profundamente antes de responder, dando un asentimiento de cabeza como diciendo «Ok... aquí voy...».

—Porque... mi nombre es Matthew Goldenberg —susurra, observando mi cara con detalle.

—¿Qué? —Frunzo el ceño.

—Lo que escuchas, Bee. Gabe Clayton no existe. —Sus manos se aferran aún más en mi cintura. Está sumamente nervioso, casi que temblando.

—¿Hablas en serio? —Ahora soy yo la que mira con fijación su rostro, como tantas veces lo he hecho antes, aún con el entrecejo fruncido, buscándole el nombre Matthew en la cara.

—No estoy mintiendo, Amber. —Se remueve en su sitio, como queriendo despejar la mente—. Crees conocerme, pero hay cosas que te he ocultado para protegerte y por miedo a perderte. Tienes derecho a saberlo todo y yo te he privado de eso.

—Sí te conozco, y no me refiero a tu pasado. Conozco tu forma de ser, tu esencia, al... —Me detengo de golpe y miro hacia otra parte cuando me doy cuenta que no sé cómo llamarlo, y puede que él tenga razón, que conozco a Gabe, pero no a Matthew, que no lo conozco realmente.

—¿Bee? —Mueve su cabeza, tratando de hallar mi mirada—. ¿Qué sucede?

—En verdad no te conozco —digo en un hilo de voz, volviendo a cruzar mis ojos con los suyos—. Si tienes dos identidades...

Permanece en silencio varios segundos en los que se dispone solo a observarme.

—Creo que ambos tenemos razón... pero la mejor forma de decirlo sería que no sabes mucho sobre mí, pero me conoces como realmente soy. Lo que tú acabas de decir, mi forma de ser, mi esencia, mi yo verdadero lo conoces. Y uno de mis temores es que te dejes llevar por lo que no sabes.

De París, con amor [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora