Capítulo 62

1.8K 210 138
                                    

✨| Capítulo dedicado a A1b00k y LisnethFernandez


__________


Uno de mis torturadores me lleva a la sala habitual. Esta vez no me han atado de los tobillos, y cada paso que doy duele más que el anterior. Mantengo la vista fija en el sucio suelo, tratando de pisar las partes más limpias para no empeorar el estado de mis pies.

No puedo desaprovechar esta oportunidad.

Él cierra la puerta tras nosotros, aislándonos del resto del grupo, no hay ningún otro aquí, solo la camilla a la que ya le he tomado terror. Desvío la mirada, centrando mi mente en lo que debo hacer.

Ni bien él ha empezado a girarse, me abalanzo sobre su espalda, tomándolo por sorpresa. Rodeo su cuello con mis brazos, sacando provecho de mis manos atadas para presionar su garganta con fuerza.

El tipo suelta el aire de golpe, llevando sus manos a la soga que une las mías y tira de ella. El roce acrecienta el ardor continuo de mis muñecas, pero mando la sensación al carajo; él tiene algo que necesito, y no puedo desaprovechar la oportunidad de que solo está él aquí y no estoy totalmente atado.

Aumenta el tirón de la soga y echa su cuerpo hacia adelante, llevándome consigo por el impulso. Hago contrapeso y él se inclina aún más. Me toma de los brazos en un rápido movimiento, tirando de mí para pasar sobre su espalda y luego caer al piso.

El costado derecho de mi cuerpo reclama por el impacto, expulsando el aire de mis pulmones. Me giro en menos de un segundo, inhalando y tomando impulso para levantarme. Su mano toma mi hombro, halándome hacia atrás, de nuevo al suelo.

Apoyándome de un pie e ignorando el dolor, giro en mi eje para pasar mi otra pierna con fuerza por sus pies y hacerle perder el equilibrio. Él cae al suelo y maldice, dándose un fuerte golpe en la parte posterior de la cabeza que lo deja desorientado por unos valiosos segundos.

Se lleva las manos a la zona afectada y aprovecho para registrar todos los bolsillos que logro ver lo más rápido que puedo al tener las manos atadas, sacando lo que hay en ellos. Guardo muy bien lo que me puede servir, y tomo una navaja que él tenía guardada.

Luego, su mano se posa sobre las mías con fuerza, apoyando gran parte de su peso para que no pueda moverlas. Gruño de dolor y tiro sin lograr nada más que hacerme daño. Él me quita la navaja y no duda en apuntarme con ella cerca del cuello.

Me tenso de inmediato, hasta ahora no me han hecho nada que no haya podido soportar, pero dudo que el momento esté lejos.

—Hijo de perra —gruñe, deslizando la hoja por mi garganta. Aplica presión, mas no es la suficiente para cortarme la piel—. Si dependiera de nosotros, ya estarías muerto.

Contra todo pronóstico, le sonrío con malicia, dejándolo un poco confundido, pero ese gesto desaparece rápidamente. No me matarán... o por lo menos no hoy.

—Agradece que no te apuñalo con esto en el cuello —gruñe, afincando un poco la punta de la hoja a un costado, el filo abriéndose paso lentamente sobre mi piel.

Quiero retarle a que lo haga, provocarlo... Años atrás, lo habría hecho sin importarme si me hacía caso o no, pero ahora no puedo tomar ese riesgo, Amber no merece que esa huida sea lo último que tenga de mí.

—Me las pagarás por esto, Goldenberg —refunfuña, alejándose de repente.

Me relajo un poco en el suelo, sin temer que una hoja filosa atraviese mi garganta en cualquier momento.

De París, con amor [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora