las sabanas blancas resbalaban por su fornido cuerpo, sus lágrimas empapaban su almohada mientras apretaba con fuerza la playera de su ex esposo.
recordó la mirada llena de miedo, como la sangre de su amado escurría de su cuello hasta manchar su ropa de ese líquido rojizo brillante.
«me das asco izuku»
los ojos verdes lo miraron con miedo y dolor, katsuki miró por última vez a su omega y después al encendedor que había usado para quemar la marca de la mordedura que le había hecho después de su luna de miel.
«¡kacchan! ¡por favor! ¡no te vayas, te lo ruego!»
cerró sus ojos, había hecho la cosa más estúpida, había perdido a su omega y su cachorro por todo el estrés que le había causado a izuku.
recordó como midoriya tenía vendas alrededor de su cuello, se veía más delgado de lo normal, pálido y con unas grandes ojeras debajo de sus lindos ojos verdes.
notaba como sus amigos alfas intentaban ayudarle a calmarlo con sus feromonas pero simplemente el pecoso les mostraba sus colmillos, listo para atacar.
cada vez que él estaba cerca, izuku simplemente lo miraba de arriba hacía abajo, olía y se tapaba la nariz para irse del lugar.
él prometió que jamás rompería su corazón.
izuku desapareció de su vista, sólo sus amigos más cercanos sabían donde estaba.
y él, como un idiota, quería volver a encontrarlo, darle por fin lo que se merecía y amarlo y respetarlo como no lo hizo hace tres años.
pero sus ojos veían como izuku se veía más feliz, sus ojeras habían desaparecido y su estómago se encontraba redondo al igual que esa oscura noche en donde abandonó a su ex esposo.
en su mano se encontraba un anillo, pero su sonrisa brillaba más que esa cosa.
vió los comentarios y notó que su futuro esposo era un beta llamado kaminari, quien le ayudó a salir de ese pequeño hoyo en donde un alfa estúpido lo tiró.
«te amo, zuzu»
comenzó a llorar nuevamente, abrazó con fuerza la playera y nuevamente recordó las lágrimas de izuku.
