La tenue luz de la Luna entraba por las persianas, ambos podían observar las otras luces de los edificios de departamentos aledaños, Izuku sintió otra nalgada y arqueó su espalda por lo bien que se había sentido, se giró un poco y pasó su mano por el cuello del pelinegro para atraerlo, abrió su boca y pudo sentir la saliva de su novio, la saboreó y sonrió mientras bajaba su mano y movía con lentitud ese pequeño capullito de carne, gimió y ahora la saliva de Touya estaba en su cara.
“Te ves tan hermoso, cariño”
El semen comenzó a pintar sus paredes internas, gimió más alto y la lengua de Touya se coló en su boca, su propia lengua saludaba a la otra. Los gemidos del pelinegro hacía que su cuerpo vibrara más, el pene del mayor se deslizó y pudo sentir como el líquido espeso corría por sus muslos y bajaba por sus piernas, sonrió y siguió besando al chico.
Se alejaron y pudieron ver el fino hilo de saliva, sonrieron y el azabache lo tomó de las piernas y caminó lentamente hasta el balcón, abrió la pequeña puertita y Touya se acostó, Izuku tomó el miembro de su novio y comenzó a meterlo nuevamente.
Empezó a saltar con lentitud, disfrutando de la sensación del miembro separando con delicadeza sus paredes, se sentía lleno, como si ambos estuvieran destinados a estar juntos, sus cuerpos respondiendo correctamente a cada toque, las manos de Touya pertenecían a las anchas caderas del peliverde y como las manos del menor pertenecían a la espalda ancha del mayor.
El ojiazulado empezó a mover su pulgar en el capullo, haciendo que Izuku echará su cabeza hacía atrás, saltando más rápido, de arriba hacía abajo.
El sonido de los carros y el tener la idea de que alguien lo estuviera viendo y grabando lo calentaba más.
Se pegó al pecho de su novio y buscó sus labios, Touya lo tomó del rostro y empezó a besarlo otra vez, la saliva que intercambiaban salía de las comisuras de Izuku. Ambos gemían en sus labios y el menor se alejó para saltar con más rapidez.
El nombre del azabache ahora era el mantra de Izuku, casi como su cerebro sólo tuviera el nombre de su enamorado, como si estuvieran destinados.
Los dedos del peliverde maltrataban su pequeño clítoris, se levantó un poco y le dió la espalda a Touya, nuevamente empezó a saltar.
Quería que todas las personas supieran a quien pertenecía, que Touya se había robado su estúpido corazón.
“Voy a venirme cariño...”
Y como si fuera un robot, se meció de atrás hacía adelante, de arriba hacía abajo, en círculos, sacando levemente el miembro hasta que Touya observara solamente la punta.
El mayor puso sus manos en las caderas del chico y comenzó a follarlo y con la fuerza de las embestidas, dejaba las marcas de sus manos en la piel pecosa.
De un momento a otro, Izuku empezó a gemir más alto el nombre de su dueño, observando como el pequeño chorro transparente cubría el cristal del balcón, bañándolo eróticamente.
Touya jadeó, mantuvo en su lugar al menor hasta que todo su semen estuviera dentro del hermoso ser.
Izuku respiraba agitadamente, se acostó en el pecho desnudo del ojiazulado y pudo sentir las manos de Touya en su estómago, sonrió y el pene salió de su interior, descansando entre las piernas del mayor.
Ambos pudieron ver varias luces blancas, sonrieron y el turquesa lo tomó de la mejilla y lo besó con delicadeza.
Al día siguiente, pudieron ver como sus nombres estaban en todas partes, el CEO de Endeavor Agency ahora estaba envuelto en otro romance con otro pequeño bailarín exótico.
Al mes siguiente nuevamente estaban siendo trend en todas partes, el mismo CEO se estaba casando con el mismo bailarín.
Ocho meses después, el CEO y el bailarín se les vió con un pequeño bebé de cabellos blancos en brazos.
Jamás imaginaron ver al hijo de Enji Todoroki así de feliz, con un pequeño peliverde a su lado.
