Izuku dejó salir ese humo oscuro, sonrió al ver a la chica salir del motel en donde su querido esposo iba, diciéndole que se tenía que quedar muy tarde trabajando. Miró a la persona dentro del auto y le sonrió, Touya le devolvió la sonrisa y observó como Izuku se acercaba al auto y tiraba su cigarro para después aplastarlo con su zapato.
— ¿Cuántos llevamos?
— Siete en cinco días.
— ¿Katsuki ya recibió los dedos?
El pecoso sonrió, asintió y tomó la mano de Dabi y se acercó a su rostro para dejar un beso en la comisura de sus labios.
— Cuando terminemos de romper a Bakugo, quiero estar contigo Izuku.
— ¿A qué te refieres?
— A que quiero que nos eliminemos de la faz de la tierra y vivamos juntos.
Midoriya sonrió, besó suavemente los labios del azabache y después besó su frente, las manos calientes de su pareja de crimen acarició las mejillas pecosas y besó nuevamente al peliverde.
Touya e Izuku se conocieron al darse cuenta que sus respectivas parejas estaban teniendo sexo en una habitación de ese motel cinco estrellas, fue tanto el dolor que Izuku terminó jugando con los ojos y costillas de la chica, la mano blanca del chico peliblanco lo detuvo y por algunos segundos, su cordura volvió.
Habían pasado casi tres meses en donde ambos descubrieron la infidelidad de sus parejas, treinta y ocho personas asesinadas.
— Te amo Touya.
El chico le sonrió, encendió el motor y comenzaron a seguir a la chica que seguía arreglándose la ropa.
. . .
— ¿Qué pasa Kacchan?
— ¿Vendrás a casa? Tengo algo importante que decirte.
Touya observó a Izuku y este sonrió, miró el cuerpo sin vida de la mujer y observó el cuero cabelludo en su mano, el pelinegro pateó el cráneo de la chica para después tomar los ojos y meterlos a una cajita.
— Sí cariño, justo estaba saliendo del trabajo, también tengo cosas de que hablar contigo Kacchan.
— Perfecto mi vida, te veo en casa.
Midoriya colgó y su sonrisa desapareció de su rostro, miró a la chica sin ojos y después a Dabi, él lo tomo de la mano y lo acercó a su cuerpo.
— ¿Quieres...?
Midoriya lo besó y se arrodilló para empezar a desabrochar el pantalón de Touya, el chico pelinegro sonrió y acarició los cabellos verdosos de Izuku, sintió la lengua en su pene y un suspiro salió de sus labios.
. . .
— Bienvenido a casa Izuku.
— Hola amor.
Izuku besó los labios de Katsuki, los mismos que había usado para darle una mamada a Touya, lo abrazó y besó su mejilla con amor.
— ¿Cómo te fue en el trabajo Kacchan?
— Muy bien cariño, salí un poco tarde de la oficina pero llegué a tiempo para preparar la cena, ¿cómo te fue a ti?
Izuku se estiró, se dejó caer en el sofá y cerró los ojos un momento, recordó la mirada llena de miedo de la chica para después observar como el martillo caía en su cabeza.
— Fui con Uraraka a ver su vestido de novia, no puedo creer que ya se va a casar.
— Sí...
Midoriya abrió los ojos con rapidez, miró a Katsuki quien estaba de espaldas de él e imaginó como sería cortarle el cuello para después masticar la piel de su rostro.
