Pasos lentos se acercaban a la puerta, su respiración se encontraba agitada y empezó a acercar su mano a la manija de la puerta, ahora todo lo podía ver en tercera persona y no en primera, ¿estaba soñando?
Prefería que sí.
Pero al abrir la puerta, pudo ver como su esposo tenía sus dedos dentro de su mejor amiga, Izuku podía ver a Izuku viendo como Katsuki se estaba cogiendo a Ochako.
Los ojos cafés miraron a los ojos verdes y rápidamente alejó al rubio, quien giraba su cabeza con lentitud para observar a su esposo quien se encontraba parado, viendo fijamente a Uraraka quien empezaba a llorar.
"Izuku..."
La castaña y el cenizo vieron como Izuku les mostraba un bate, Uraraka comenzó a vestirse y Katsuki intentó quitarle el pedazo de madera de las manos pero rápidamente Izuku lo apuñalo con una navaja que tenía en su otra mano.
"Siempre veía sus siluetas en todos lados... Ahora ustedes verán la mía de lo que queda de sus vidas"
En un abrir y cerrar de ojos, Midoriya estaba golpeando a Katsuki con el bate, se escuchaba como los huesos se rompían y empezaban a escucharse huecos, los sesos saltaban por todas partes mientras Uraraka simplemente veía.
"Iida también lo sabe... Tienes suerte que no sea como yo..."
La fémina se lanzó hacía a él, el propósito de Izuku era picarle con la navaja en el estómago pero sin querer, enterró el filo en el ojo café.
Empezó a gritar, Midoriya la miró y le cortó el cuello, haciendo que esta comenzara a ahogarse con su propia sangre, tociendo y esparciendo el líquido rojizo por todas partes.
"Muérete rápido, no te gustará tener el bate destruyendo tus parietales"
. . .
Izuku miraba la ventana con una cara seria, después subió su mirada y sonrió tranquilamente.
"¿Por qué?"
El pecoso alzó su ceja, después miró sus manos y apretó sus puños.
"Mi ex esposo, que descanse en paz, se metía con mi mejor amiga, cada pelea que teníamos, él iba con ella, cada desacuerdo, cogían"
El abogado lo miraba con seriedad, Midoriya empezó a jugar con la silla que giraba y su mente se nublo por el mareó.
"¿Por qué no lo hablaron?"
"Pelearíamos y jamás acabaría el ciclo"
El pelinegro lo miró, rascó su nuca y suspiró.
"Sabes que no saldrás de aquí en mucho tiempo, ¿verdad?"
"Pero al menos ya no veré como mi esposo se coge a esa idiota, lo vale. Estaba cansado"
El abogado se levantó, le pidió a los policías que si podía entrar y los hombres le dijeron que tuviera cuidado ya que habían encontrado mordidas en los brazos del jóven.
Entró al cuarto, Izuku se le quedó viendo y sonrió.
"No necesito un abrazo"
El azabache se puso de rodillas y tomó el rostro del chico, acarició con suavidad las mejillas pecosas y después pasó sus pulgares por las ojeras.
"Lo sé"
Pero aún así lo hizo, sintió el temblor del peliverde y este sonrió con malicia, sacó una jeringa con un líquido verdoso y lo inyectó en la columna de Izuku.
"Katsuki tenía una familia con otra mujer, ella está en Canadá, haz lo que quieras con esa información"
Los ojos verdes comenzaron a cerrarse, se desmayó en los brazos del abogado y rápidamente los policías entraron.
Los ojos azules observaron y nuevamente sonrió, sacó de su sacó una pistola y les disparó a ambos policías. Tomó en sus brazos a Midoriya y besó su frente.
"Gracias por hacer todo más fácil, cariño, ahora te tendré para mi y nadie nos volverá a separar"
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