Devil's advocate

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Kacchan había muerto.

Y tal vez pensarán que saltó de algún edificio en un desesperado impulso de terminar todo lo que ha hecho, en vez de ser un puto hombre y aceptar que, efectivamente, era un puto hombre.

Pero Kacchan murió.

Ser encontrado por su amante con mordidas en sus brazos, piernas y con los sesos por todas partes, debía ser un golpe muuuy duro.

La primera denuncia se hizo pública, el gran Bakugo Katsuki había sido devorado por algo o alguien, muchas personas celebraron por ello y otras estaban tristes ya que no tuvieron la oportunidad de matar al engreído rubio, dueño de casi medio país. Sin exagerar.

La segunda denuncia fue un poco más seria, todos estaban buscando a quien se lo comió. Por más divertido que sonara, así era, alguien se había alimentado de la carne rancia de Kacchan.

— Te busca el agente, dice que quiere los papeles de Katsuki.

Su nombre no era para nada bonito, bueno, sí, era hermoso. Pero su personalidad lo hacía más asqueroso, Ochako acomodó su corbata y me miró de reojo, sonreí y dejé de usar el palillo para sacarme sangre de las encías.

¿Debía comprar una pasta para la gingivitis? Mi dentista me la recomendó y dijo que mejoraría la resistencia de mis encías.

¿Cuánto tiempo había pasado desde la última cita? No me acordaba pero ya lleva tiempo.

Iré a dejar los papeles de Katsuki y luego iré al dentista, pero, si voy, no podré comer katsudon en dos horas porque es probable que me ponga fluoruros o me haga alguna profilaxis.

Que tal si... Entrego los papeles, voy a comer katsudon y luego voy al dentista...

No, olería mal.

Entonces, primero iré a comer katsudon, cuando termine me lavaré los dientes y entregaré los papeles y luego iré al dentista.

Sí, era lo correcto.

Tomé el folder, salí de mi despacho, miré a todas las personas que estaban en lo suyo y sonreí, gracias dentista por esta linda sonrisa blanca como la Luna.

Aunque no debería ser así, se supone que la dentina daba ese color amarillento de los dientes y no porque estuvieran sucios o no te los lavaras.

— Deja de hablar de dientes.

Me detuve y Shinso me miró, le sonreí y comencé a reír, ¿todo este tiempo escucharon que hablaba sobre comer y lavarme los dientes?

Era probable. Sí.

— Lo siento, los dientes se usan para todo, deberías ser más agradecido de tener tus dientes.

Me empecé a alejar, salí del edificio y divisé mi auto, bostecé y me estiré un poco, estar mucho tiempo sentado hacía que mis nalgas se aplanaran más de lo que ya estaban.

Coloqué el papel en la guantera y tallé mis ojos, esperé unos segundos y encendí el auto, no se escuchaba nada extraño así que sí era seguro conducir, miré por el retrovisor y algunas patrullas estaban vigilando el lugar.

O vigilandome.

No sé porque, pero había un caso en mi contra ya que era el ex novio de Katsuki Bakugo, pero nunca se me pasó por la cabeza matarlo o comérmelo. Sí, lo odiaba, pero no era un puto caníbal.

Ochako fue quien me puso la denuncia ya que estaba cien por ciento segura de que yo era el ex maníaco y obsesionado, que nunca pude superar a Bakugo y que siempre le tendría envidia a ella porque... Ajá, era la amante.

𝗢𝘂𝗿𝘀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora