love

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No era un tipo que creía exactamente en el amor. Si te pones a pensar, ¿qué tiene de importante? Sólo es una maldita palabra con cuatro letras, ¿Qué mierda tenía de importante?

¿Gastar dinero a lo tonto? ¿Tener que aguantar las ganas de vomitar cada vez que ves a esa persona? ¿Sentirte como un imbécil al hacer el ridículo frente a alguien? ¿Sonreír cada vez que ves a ese idiota correr hacía a ti, verlo con su sonrisa de oreja a oreja?

El amor no era más que una mierda que no interesaba para mi.

Hasta que llegó él.

Fue realmente estúpido como llegó a mi vida. Verlo caer y tirar su agua encima mío era realmente cliché, y supe que desde ahí sería una maldita mierdita, pero quise ignorar ese hecho.

No pude.

Una disculpa salió de sus labios, eran carnosos y rosados, sus ojos verdes se dirigieron a los míos, eran hermosos. Había visto millones de ojos verdosos, cada par de ellos los hacía irse hacía dentro de su cabeza por el orgasmo, pero estos ojos eran diferentes. No sentía la necesidad de verlos rodar hacía atrás por el climax, eran ese tipo de ojos que querías ver por la eternidad, verlos hacerse chiquitos, verlos con lágrimas de felicidad, con enojo, en cada una de sus malditas facetas.

“Soy Izuku, déjame ayudarte a limpiar, en verdad lo siento”

“Estoy bien”

Las pecas se bañaron de rojo por la vergüenza, sus mejillas me pedían a gritos que las besara hasta verlas más rojas, acerqué mi mano a su oreja y acaricié su cabello, era la bola de pelos más verdes oscuro que había visto en mi jodida vida.

“Tenías algo en tu cabello”

Su sonrisa hizo que quisiera vomitar, no del asco, se sentía raro.

Y así siguió hasta verlo llorar, me abrazaba con fuerza, escuchando sus sollozos en mi pecho, era la mierda más horrible que había sentido.

Coloqué mi casco en su cabeza, encendí mi motocicleta negra, le susurré que me abrazara con fuerza para que no se hiciera daño a lo cual me hizo caso, arranqué con suavidad para después ir subiendo la velocidad.

Sentía el calor de su pecho en mi espalda, mi corazón palpitaba demasiado rápido, no por la adrenalina. Y eso me daba miedo.

Nos estacionamos, le quité el casco, sus la parte blanca de los ojos de Izuku se encontraba rojo, acaricié sus mejillas y de repente, ya tenía mis labios en su frente. Pude percibir el olor de su cabello verdoso, como canela, coco, no sabía nada de shampoos.

Pero sí sabía algo, no muy común.

Estaba enamorado de Izuku, no sabía como, ni cuando, tal vez la primera vez que lo ví. Sólo sucedió.

“¿Ahora me dirás que pasó?”

Bajó su mirada, nuevamente sus ojos se ahogaron en lágrimas saladas, me acerqué a él y acaricié con suavidad su cabello junto con sus mejillas, él sonrió y después suspiró.

“Encontré a Kac- Katsuki teniendo... Eso con... Mhm...”

“Mhm...”

Él comenzó a llorar, lo tomé de las piernas y comencé a cargarlo, como los novios cargaban a sus novias, como el novio cargaba al amor de su vida, mirando con ternura sus ojos, mirando sus labios, aguantando las ganas de besarlos.

“Dilo cuando quieras... Mientras, te llevaré a un lugar”

“Dabi...”

𝗢𝘂𝗿𝘀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora