las manos de touya viajaban por todo el suave cuerpo, su saliva salía de su labios para crear el rastro brilloso en la piel pecosa, podía escuchar como izuku suspiraba y rasguñaba su espalda, los dientes del mayor mordieron con suavidad el hombro del chico y suspiraba en la piel, lamió y después sintió las manos de su esposo en sus mejillas, lo atrajó a un beso y sintió como el peliverde tiraba suavemente de su cabello blanco.
los dedos del turquesa acariciaron las tiras del corsette, jugueteó con ellas un momento y luego empezó a desamarrar con lentitud, izuku besaba su cuello y acariciaba su espalda.
touya por fin pudo quitar el corsette blanco, lo lanzó hacía el pequeño sofá que se encontraba en la habitación y acarició el pecho de su marido, jugueteó con los pequeños pezones rosados con las yemas de sus dedos, miró a izuku quien estaba gimiendo y luego los ojos verdes se dirigieron a los ojos azules, el pálido sonrió y nuevamente besó al chico.
«si te casas con ese omega, tú destino es la muerte»
el peliblanco lamió el cuello, besó la glándula aromática de izuku y bajó su mano hacía la entrepierna del pecoso, pasó sus dedos por encima de la vulva que estaba protegida por la braga de color blanco.
“márcame...”
el mayor sonrió, acostó a izuku y separó sus piernas, podía ver el bonito sonrojo del peliverde que se extendía por sus mejillas hasta su pecho, se inclinó y pasó su lengua por uno de los botoncitos, los dedos de midoriya se enredaban en los hilos blancos y sonrió, el pálido bajó sus manos hasta las bragas y las bajó con suavidad, sonrió al ver la lubricación de su amado y pasó su lengua por sus labios.
«no puedes casarte con izuku midoriya, touya. ¿qué dirá la gente cuándo sepan que el príncipe está con una persona sin magia?»
besó las piernas y el monte de venus del omega, el olor que emanaba de su entrepierna hizo que salivara aún más, separó los labios con suavidad y pasó su lengua, haciendo que su esposo gimiera y pusiera sus manos en su cabello.
«entonces no quiero ser un príncipe, que el siguiente en el trono sea mi hermano»
se alejó de ese dulce lugar y suspiró, los ojos verdes podían ver que las mejillas de su esposo ahora tenían un bonito color rosado pálido, touya se inclinó a su cuello y lamió, tomó la mano del omega peliverde y midoriya cerró sus ojos.
el veneno de su alfa comenzó a recorrer su cuerpo, suspiró y pudo sentir como ahora el animal interno de su marido estaba limpiando la cara de su propio animal, sonrió y pasó sus piernas alrededor de la cadera de touya, el mayor se separó y los ojos verdes pudieron observar su propia sangre que se encontraba en los labios de touya, lo atrajó a su cara y pasó su lengua, retomando el beso de hace algunos minutos.
«te vas a arrepentir, touya, nosotros te lo dijimos»
acarició la piel de su marido y bajó su ropa interior, se miraron algunos momentos y sonrieron, el peliverde tomó su mano y entrelazó sus dedos con delicadeza, haciendo que el alfa ronroneara.
«cuando veas a mi propio pueblo, tú serás quien se arrepienta, padre»
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