5.

746 71 23
                                    

— James...

Natasha llegó a su apartamento después de una mañana de compras por la ciudad, se abrazó a si misma al ver al hombre frente a ella, no podia negar que era guapo, pero su mirada no era cálida ni amable como la de Steve.

— Hola princesa, ¿Que tal tu paseo? —  el castaño se acercó a ella para abrazarla y estampar sus labios en los de ella — Luces hermosa.

Natasha asintío un poco incómoda, dejó que las mucamas se llevaran sus cosas a su habitación mientras James la guiaba hasta la sala donde le ofreció tomar asiento.

— Espero estes cómoda en este lugar, es un departamento muy bonito y de acuerdo a tí, además no lo será por mucho, cuando seas mi esposa te llevaré conmigo a mi casa —  James suspiró — no sabes como ansió que llegue el día, voy a hacerte muy feliz Natasha.

Natasha se limitó a sonreír sintiendo la mirada intensa de su prometido.

— Sólo quiero que pase y ya —  Natasha soltó mostrando indiferencia ignorando la mirada seria de James.

— Muñeca, se que nos conocemos poco, pero prometo enamorarte y hacerte inmensamente feliz, lo juro Nat — James besó su mejilla tratando de no perder la razón, él podía ser paciente pero odiaba la gente que parecía no darle importancia.

— Me sorprende tu visita James, ¿Le ha ocurrido algo a mi padre?

— Para nada, él está bien, mas bien he venido a invitarte a una cena esta noche en Manhattan con unos socios, siendo mi prometida debes asistir conmigo a mis compromisos, asi que espero hayas comprado un lindo vestido para esta noche, te quiero presentable y guapa Natasha.

James la miró de arriba hacía bajo, su piel blanca llena de lunares lo trastornaban, así como aquellos bellos ojos verdes y cabello rojo fuego, Natasha era toda un primor.

— Pasará mi chófer por ti a las nueve en punto.

Natasha frunció el ceño.

— ¿Tú no vendrás por mí?

James acarició su barba.

— Tengo mucho trabajo, así que te veo en la fiesta — el hombre le sonrió, se puso de pie sin antes besarla —  te veo más tarde linda.

Natasha le sonrió cortés, en silencio lo acompañó hasta la salida hasta verlo desaparecer en el elevador, bufó resignada a asistir a otro evento aburrido.

Sam observaba detenidamente a Steve quien tarareaba alegre una canción que sonaba en el altavoz del bar, el oficial disfrutaba de su refresco mientras su amigo limpiaba y preparaba su negocio para otra jornada laboral.

— Es raro que sonrías Steve, casi siempre estas con tu cara larga y ceño fruncido — Sam fingió tener interés en él — ¿Algo que deba saber?

Steve lo ignoró acomodando unas botellas sobre el mostrador, de reojo observó como sus empleados comenzaban a llegar.

— Es una mujer, Chad me contó sobre una bella chica pelirroja que ha venido en un par de ocasiones.

Steve se giró mirando fijamente a su amigo quien se echó a reír.

— ¡LO SABÍA! ¡POR ESO ESTÁS ASÍ!

— Tu hermano es un chismoso, voy a correrlo — Steve se sentó en la barra al lado de Sam quién sonreía.

— No lo harías, quieres a Chad más que a mí, además él te cuida.

Ᏼꭺꭱꭲꭼɴꭰꭼꭱ || 𝑹𝒐𝒎𝒂𝒏𝒐𝒈𝒆𝒓𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora