8.

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Wanda observaba con cierta indiferencia y asco al hombre que yacia muerto bajo sus pies, de manera retorcida le parecía fascinante ver la sangre esparcirse por el suelo, como el color escarlata se impregnaba sobre la alfombra.

Estaba harta y fastidiada del afán de su marido de mandarle hombres a su cama para preñarla, ya que él siendo un viejo ya no podía concebir un heredero más.

— Estás demente...

James Barnes sonrió fascinado ante la ninfa que tenía frente a él, vestida con una lenceria de encaje exquisita, sus manos manchadas de sangre y sus ojos brillando de expectacion, Wanda era la viva representación del pecado andante.

— Demente tu padre que sigue mandando a sus lacayos a querer embarazarme, con tal de tener un heredero, no le basta todos los que ha tenido.

— ¿Y que han matado?

James sonrió con ironía, sin prestar atención al cuerpo que yacia frente a él caminó hacia la mujer para abrazarla y robarle un beso.

— Es una fortuna que sigas vivo a comparación de tus hermanos, pero tu padre debería resignarse a que solo podrá tener nietos, no más hijos.

— Mi amor, necesitas un hijo y lo sabes, es tu garantía de seguir viva en este mundo, siéntete afortunada que mi padre no se ha desecho de ti — James acarició las mejillas de Wanda quien sonrió al sentir su toque.

— Lo hará cuando sepa que me acuesto con su hijo, si no es que ya lo sabe.

James negó.

— No lo sabe, que más da Wanda, que más da.

La mujer sonrió besando los labios de su amante quién la tomó por sorpresa llevándola con él hacía la ducha, debía quitarle los rastros de sangre que cubrían su hermoso cuerpo.

— Que vas a decirme...

Wanda sabía leerlo, ambos acostados sobre la cama acurrucados se observaban.

— Quiero que te hagas amiga de Natasha, ahora que será mi esposa va a necesitar amigas y yo alguien de confianza que pueda vigilarla.

La pelirroja rodó los ojos.

— Es una niña tonta...

— Pero será tu nuera y mi mujer, tan sólo quiero que la hagas cómo tú, por favor amor...

Wanda negó haciendo exhasperar a James.

— La odio James, ella va a tenerte.

— Que más da Wanda, yo siempre seré tuyo y correre a tí, lo juro.

— Tan sólo quiero que la vigiles, es una Romanoff y es rusa, tiene sangre traicionera.

— Esta bien, intentare congeniar con ella.

Steve preocupado observó a Natasha durante todo el camino hasta llegar a Brooklyn donde fue dejado en su bar por los escoltas de Natasha, ella sólo se limitó a abrazarlo y besarlo a modo de despedida prometiendo verlo pronto.

Sam Wilson se encontraba en el local preocupado por la repentina desaparición de su amigo, intrigado observó todo el desfile de personas de seguridad.

— No sabía que salias con la hija de un magnate, ¿Que tanto ocultas?

Steve le sonrió de mala gana, arrojó su maleta al suelo y entró a una de las barras a servirse una cerveza ofreciéndole una a Sam.

— Natasha es hija de un hombre rico, hace días sufrió un atentado y tuvo que abandonar la ciudad.

Sam arrugó el ceño.

Ᏼꭺꭱꭲꭼɴꭰꭼꭱ || 𝑹𝒐𝒎𝒂𝒏𝒐𝒈𝒆𝒓𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora