Natasha bajó de la camioneta blindada que los había recogido en el aeropuerto de New York, frunció el ceño al ver que se encontraban en un edificio totalmente diferente.
— Pensé que regresaría a mi apartamento.
— Este será nuestro nuevo hogar Natasha, los demás apartamentos serán casas de seguridad — James tomó su mano para entrar al edificio rodeados de la seguridad de James, entraron al elevador en silencio, Natasha jugaba con sus manos sintiendo la ansiedad correr por sus venas, el sonido del elevador deteniéndose la sacó de su trance.
— ¡Bienvenida a casa cariño!
James la tomó por sorpresa cargándola estilo nupcial, entraron al apartamento siendo recibidos por el personal de limpieza y la seguridad de Natasha, quien por un momento sintió su corazón detenerse al ver a Clint en una esquina acompañado de Steve, quien vestía un traje formal, su cabello era más largo, asi como su barba.
— Ellos serán el personal que estarán para atenderte, sobre tu seguridad, confío en Vladio quien sugirió que Barton y Rogers siguieran cuidando de tí, debes saber que no saldrás a ningún lado sin seguridad, se vienen días oscuros para New York, así que debo protegerte.
Natasha asintió anonada observando a cada empleado, las mucamas, el cocinero, evitando a toda costa a Steve quién tenía su mirada fija en la de ella ardiendo de celos, James besó a Natasha para después bajarla con cuidado sin notar como su esposa parecía querer llorar.
— ¡Bienvenida Natasha!
Clint decidió tomar la iniciativa acercándose a su media hermana, se atrevió a abrazarla fugazmente siendo correspondido por la pelirroja quién suspiró tranquila al verlo; pese a que nunca se llevaban bien, estimaba a Clint ya que habían crecido juntos.
— Gracias Clinton — Natasha habló en voz baja sintiendo como su corazón se aceleraba y sus manos comenzaban a sudar al ver a Steve acercarse a ellos; James por su parte los dejó yendo a su oficina donde se encerró con sus hombres de confianza, el personal abandonó el salón de principal dejándolos a ellos tres solos.
— Señora Natasha, es un gusto verla, felicidades por su boda.
Steve sintió un sabor amargo en su boca al decir aquellas palabras, tomó con delicadeza la mano de Natasha besándola.
— Rogers, es un gusto verlo recuperado.
Clint apretó sus labios evitando sonreír cómplice de aquel amorío decidió dejarlos solos yendo a la cocina a comer antes de seguir su turno laboral.
— Señora Natasha fue toda una odisea, lo que sea para mantenerla a salvo — Steve soltó la mano de Natasha llevando las suyas a los bolsillos de su pantalón, sonrió levemente mirando fijamente a su amada quien lucia con el semblante triste, moría por consolarla, pero no podían mostar afecto en ese lugar.
— No me llames de usted, Steve...
Natasha se abrazó a si misma reprimiendo sus ganas de llorar, quería abalanzarse a él, besarlo y decirle cuanto lo había extrañado, pero por alguna razón temía que Steve la rechazara, una idea se le vino a su mente.
— Quiero ir de compras — Natasha soltó de repente confundiendo a Steve.
— ¿Estás segura? Vienes llegando de un largo viaje...
— Llévame a Soho, ahora — Natasha habló con autoridad, caminó segura de si misma hasta la oficina de James, cortésmente le expresó su deseo, el cual su esposo accedió llamando a Steve para ordenarle llevara a Natasha a donde deseara; cinco minutos después ambos se encontraban en el auto lejos de todos rumbo al centro.
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Ᏼꭺꭱꭲꭼɴꭰꭼꭱ || 𝑹𝒐𝒎𝒂𝒏𝒐𝒈𝒆𝒓𝒔
Fanfiction𝐸𝑙 𝑎𝑚𝑜𝑟 𝑒𝑠 𝑢𝑛 𝑗𝑢𝑒𝑔𝑜 𝑝𝑒𝑙𝑖𝑔𝑟𝑜𝑠𝑜, 𝑑𝑜𝑛𝑑𝑒 𝑢𝑛𝑜 𝑠𝑖𝑒𝑚𝑝𝑟𝑒 𝑡𝑒𝑟𝑚𝑖𝑛𝑎 𝑝𝑒𝑟𝑑𝑖𝑒𝑛𝑑𝑜. Historia Romanogers inspirada en "Bartender" de Lana del Rey. Se prohíben adaptaciones o plagio. Gabriela Bueno ®