— No deberías estar aquí Steve — Natasha comenzó a llorar inquietando a Steve quién la miraba confundido — vas a morir y no podré soportarlo.
— Nadie va a morir Natasha, por eso estoy aqui para protegerte, le dí mi palabra a Vladio y te la doy a tí.
Natasha negaba sintiendo su corazón hacerse pedazos, a lo largo de su vida había visto morir a mucha gente a su alrededor, nanas, guardaespaldas, incluso a sus hermanos mayores y menores, al final sólo quedaba ella.
— Tú tenías tu vida en New York, no debiste Steve, no quiero que mueras, no podré soportar una muerte más — Natasha atrajó a Steve abrazándolo dejando sus lágrimas impregnadas en su camisa, el hombre se encargó de consolarla hasta que sintió cómo comenzaba a dormitar.
— Estoy enamorado de ti Natasha, así que no voy a dejarte — el hombre peinó el cabello de la mujer quien se aferró a él cayendo dormida en sus brazos.
Con el paso de los días Natasha se recuperaba exitosamente, pero por alguna extraña razón parecía cada vez mas desanimada y triste, Steve trataba de acercarse a ella pero Natasha había puesto entre ellos una barrera invisible.
— No quiero a Steve de guardaespaldas Vladio, estoy furiosa contigo por haberlo traído, ¿Como has podido hacerme esto? ¿Quieres que lo vea morir? ¿No ha sido suficiente ver morir a mi nana? ¿A Dimitri?
Natasha lanzó una mirada fulminante al hombre que yacía frente a ella.
— Fueron órdenes del Señor Barnes y creí conveniente su presencia aquí, sabe manejar armas, fue militar, sabe de estratégias y te ama, así que es capaz de dar la vida por ti....
— Directo al matadero Vladio — Natasha caminó hacía el ventanal de su habitación donde pudo observar a Steve entrenar con los demás escoltas — jamás voy a perdonarte que lo hayas traído.
Vladio asintío, sentía que la estaba haciendo sufrir y lamento callarse el plan que tenía para ella.
— Algún día lo entenderá niña, algún día, me retiro.
Natasha se abrazó a si misma quedándose sola en su habitación.
•
James Barnes disfrutaba de su estadía en Rusia liderando visitas a personas influyentes, amaba sentir el miedo de los hombres y mujeres que se enfrentaban a Alexei Romanoff, disfrutaba escuchar sus sollozos de suplica, el olor de la pólvora y recibir montones de dinero sucio.
Pero desde días atrás comenzó a tener diversos sueños que parecían cercanos y a la vez lejos de él; una mujer castaña cantándole nanas de noche, cocinando un pastel de chocolate, clima frío en una ciudad grande, dos niños corriendo con él por un parque y un balón de básquet rodando a él.
— ¡James! ¡Lanza el balón!
— ¡Steve, atrápalo!
— ¡Sam, James!
James despertó alterado a causa de aquellas voces y rostros, parecía ser su infancia; sólo que no la recordaba así.
— ¿Sucede algo cariño?
Wanda quién dormía a su lado se reincorporó acercándose a él mirándolo preocupada, el castaño asintío atrayendo el cuerpo de la mujer arriba de él para besarla y acariciarla dejando su pesadilla atrás.
Alexei y Melina viajarían por lo cual James se quedaría a cargo de algunos pendientes, para su suerte se estaba ganando la confianza del mayor por lo cual le garantizaba que pronto tendría a la mafia rusa a sus pies, sólo le faltaba contraer matrimonio con Natasha pero aquello sería a su tiempo, la necesitaba recuperada.
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Ᏼꭺꭱꭲꭼɴꭰꭼꭱ || 𝑹𝒐𝒎𝒂𝒏𝒐𝒈𝒆𝒓𝒔
Fanfiction𝐸𝑙 𝑎𝑚𝑜𝑟 𝑒𝑠 𝑢𝑛 𝑗𝑢𝑒𝑔𝑜 𝑝𝑒𝑙𝑖𝑔𝑟𝑜𝑠𝑜, 𝑑𝑜𝑛𝑑𝑒 𝑢𝑛𝑜 𝑠𝑖𝑒𝑚𝑝𝑟𝑒 𝑡𝑒𝑟𝑚𝑖𝑛𝑎 𝑝𝑒𝑟𝑑𝑖𝑒𝑛𝑑𝑜. Historia Romanogers inspirada en "Bartender" de Lana del Rey. Se prohíben adaptaciones o plagio. Gabriela Bueno ®