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— Me pareció buena idea invitarte a la emboscada que haremos contra los turcos, han jugado sucio contra la familia y los negocios.

James quitó el seguro de su arma seguido de Steve y el resto de sus hombres.

— Creí que habían estado de acuerdo en la reunión de ayer...

James negó mientras observaba a sus hombres adelantarse.

— Todos esos imbéciles siguen sin estar de acuerdo que un americano tenga más poder que ellos.

La ciudad de Praga lucia tranquila, fría y con una extraña calma; aquellos días se habían establecido en aquella Ciudad donde James había cerrado tratos de varios negocios, Natasha y Steve lo habían acompañado a las diferentes reuniones; pero aquella noche Barnes se enteró que Ozmar y su familia iban a traicionarlo, sólo bastó follarse a la hija menor del capo  para enterarse de sus descabellados planes.

Rodearon la propiedad que se encontraba en el primer cuadro de la ciudad, podía ver a sus hombres cuidar el perimetro y el interior, la mansión se encontraba iluminada dando señal que se encontraban en casa.

Sólo bastó un disparo directo a la sien en uno de los guardias para que un enfrentamiento se desatara. Steve se encargó de cubrir la espalda de James quién con su ayuda logró entrar al interior de la mansión, poco a poco caían hombres inertes al suelo, ambos buscaban a su objetivo encontrandolo en su despacho fumando un puro con serenidad cómo si no estuviera desatandose una guerra afuera.

— Disfruta del último poro que probaras en tu puta vida...

Ozmar esbozó una sonrisa ancha y llena de soberbia, hasta ese punto de su vida no le asustaba la muerte, dió un par de caladas sintiendo el tabaco calar en su garganta sin dejar de observar a Barnes quién lo apuntaba con una arma.

— Matandome no impide lo que va a suceder Barnes, quizá no debiste de dejar a tu bella mujer sola en aquella casa de seguridad, probablemente ahora mismo este muerta, Natasha Romanoff es la princesa de la mafia rusa, su sangre es valiosa e importante para muchos, así como su cuerpo y su genética, un hijo suyo es como un tesoro que todos queremos.

— Natasha Barnes — recalcó James — es mi mujer, nuestros hijos serán los encargados de unir a América con Rusia fortaleciendo sus imperios, gracias a ellos seré más fuerte y tus descendientes y los del resto de los traidores no serán más que sus sirvientes.

— Serás más fuerte, pero no el dueño absoluto de todo, mientras Alexei Romanoff y su hija vivan tú no serás más que un sirviente de ambos, esa mujer es dueña de todo y cuando quiera puede deshacerte de ti.

— Primero la mato, dándome un varón no dudes que voy a deshacerme de ella.

James sonrió macabramente negando con la cabeza sin dejar de bajar la guardia.

Steve apretó su mandíbula sintiendo su alma salir de su cuerpo, una rabia se apoderó de su cuerpo y unas inmensas ganas de dispararle a ambos hombres, detestaba como James se refería a Natasha.

— América puede dominar a Rusia debes saberlo, cuando caiga Alexei, morirá su hija y así seré el dueño absoluto de todo, es una lástima que no puedas llegar a verlo... — tres disparos directos en la cabeza de Ozmar le arrebataron la vida ante la mirada de Steve y su asesino, James limpió el sudor que había escapado de su rostro e ignorando a Steve salió de aquel lugar en busca de sus hombres mientras marcaba al número de seguridad para saber si Natasha estaba con bien.

Steve después de observar cómo se desangraba el hombre salió de aquel lugar siguiendo a James, entró a la camioneta en silencio mientras su jefe  furioso intentaba en vano ponerse en contacto con la casa de seguridad donde habían dejado a Natasha, Steve trató de mantenerse sereno ante aquella decisión pero una ansiedad se apoderó de él, molesto observó cómo se dirigían a toda velocidad hacia la casa de seguridad mientras James furioso maldecia en voz alta.

Ᏼꭺꭱꭲꭼɴꭰꭼꭱ || 𝑹𝒐𝒎𝒂𝒏𝒐𝒈𝒆𝒓𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora