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—  Que más da si tu esposa perdió a tu hijo, yo te haré padre, a ella no la amas, a mí si.

Wanda sonrió orgullosa de pensar aquello, ahora más que nada debía cuidarse, cuidar al heredero que crecía dentro de ella, la mujer observaba a James quién concentrado trabajaba desde su escritorio.

Habían sido unos días caóticos para todos los que trabajaban para James y los Romanoff, la disputa por las plazas en Turquia y Estados Unidos convertían aquellos países en ríos donde corría sangre a diestra y siniestra; Tony Stark era quién daba el golpe fuerte en América ganando terreno en la distribución de drogas y armas en barrios de mala muerte, casinos, prostíbulos y antros de primera clase, pero aún le faltaba más poder y para ello tenía que deshacerse de Barnes, Sam Wilson lo ayudaba discretamente delegando a su equipo en tareas donde dejaban al descubierto a Barnes, pero no contaba con que Sharon era la traidora que ya habia puesto precio a su cabeza.

En cambio en Europa, Alexei Romanoff defendía su puesto ante las cabecillas de las familias romanas, turcas y rusas que creían ya era muy viejo para ese cargo y por desgracia comenzaban a negar a Barnes como el nuevo sucesor, consideraban a Alexei Romanoff un traidor por emparentarse con un americano y las consecuencias habían comenzado a verse.

La pérdida del embarazo de Natasha a manos de enemigos dejó a todos furiosos y molestos mientras que a Natasha triste y harta del mundo que la rodeaba, al menos agradecía que seguía teniendo a Steve a su lado quién desde que la dieron de alta no se separó de su lado. Los días tristes poco a poco se convirtieron en semanas de paz para ella alejada de todo en aquella casa de campo que pertenecía a Vladio, rodeados de montañas y un paisaje de ensueño en los Alpes Suizos ella y Steve disfrutaban de su compañia y de su amor, nisiquiera le inquietaba estar lejos de su marido quién sólo por medio de una llamada le hizo saber que no estaba molesto con ella por la pérdida de su hijo, pero este le prometió que pronto volverían a estar juntos para engendrar de nuevo, pero aquello sólo era una mentira de James.

Realmente James Barnes quería deshacerse de ella, pero primero tendría que matar a Alexei y a Melina, matar a su padre, para así matar a Natasha y quedarse al frente del negocio en Rusia y así después casarse con Wanda, siendo ellos los jefes de ambas mafias, su plan estaba calculado a la perfección, por lo cual no le inquietaba que  Natasha estuviera fuera; por suerte Steve cuidaba de ella, James sabía quien realmente era Steve, el destino los habría reunido de nuevo, su mejor amigo de la infancia.

A pesar de recordar poco de su pasado, poco a poco sus lagunas mentales lo bombardearon de recuerdos con él y su familia, le había caido de maravilla que estuviera trabajando para él, quizá el trabajo sucio se lo ahorraría, sería más fácil pedirle a Steve que matara a Natasha, ya que él era su sombra y la conocía mejor que él.

Pero todo iria a su tiempo.

— Alguien amaneció de muy buen humor....

Steve se recargó en el marco de la cocina observando a Natasha cantar utilizando un cucharón de madera como micrófono mientras ella preparaba la comida, tan sólo vestía una playera de Steve que muy apenas la cubría.

— He preparado tu comida favorita, además destapé una botella de vino, me pareció buena idea montar la mesa del jardín y disfrutar de la vista.

Steve asintió, caminó hacía Natasha quién servía la comida en dos platos, se posicionó detrás de ella abrazando su cuerpo pequeño atrayendola a él.

— Soy más admirador de la vista que tengo aquí...

Steve comenzó a repartir besos sobre el cuello de Natasha quien se estremeció al sentir aquel tacto, dejó de hacer lo que estaba haciendo y decidió recargarse sobre el pecho fornido de su amante.

Ᏼꭺꭱꭲꭼɴꭰꭼꭱ || 𝑹𝒐𝒎𝒂𝒏𝒐𝒈𝒆𝒓𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora