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Sam Wilson se sentía extrañamente observado a todas horas, había recurrido a cambiar sus trayectos de su casa al trabajo, vigilaba constantemente todo a su alrededor, los turnos se convertían en toda una carga al ver poco a poco a sus compañeros abandonar su misión o comportarse de una manera sumamente extraña.

Sharon Carter parecía más feliz y tranquila, incluso había escuchado rumores de sus compañeros que sus superiores la ascenderían de puesto siendo ella la líder del escuadrón de New York, aquello lo inquietaba, no dudaba de la gran capacidad que tenía Carter pero todo aquello le daba desconfianza.

James Barnes fumaba un cigarrillo con suma tranquilidad recargado en su auto disfrutando de la tarde fría que New York le ofrecía, había pasado ya varias semanas desde la muerte de su padre y la satisfacción de haberlo matado seguía corriendo por sus venas, apagó la colilla de su cigarrillo tirándola al suelo al ver a su objetivo salir de la estación de policía, Sam Wilson caminaba con suma cautela cansado por la jornada larga de doce horas, le urgía llegar a casa y refugiarse en los brazos de su amada esposa.

— Sam Wilson, deberías de caminar con más cuidado.

La voz de James lo hizo girar abruptamente sosteniendo su arma con precisión la cual había sacado de su bolsillo con rapidez.

James alzó las manos fingiendo inocencia mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro, no tenía miedo de recibir un disparo pues tenía a sus hombres cuidando de él en todo el perímetro.

— Si tanto aprecias tu libertad Barnes no deberías de estar aquí. — Sam soltó con brusquedad aquello sin bajar la guardia.

— Eres tan paranoico Sammy, ¿dónde quedó mi intrañable amigo? — James soltó cruzando sus brazos mientras se recargaba en la puerta del auto de Sam — sin duda cumpliste tu palabra, de niño soñabas con ser policía y hacer justicia — James lo señaló — mírate ahora, lo lograste siendo el mejor, o bueno "casi" el mejor.

Sam arrugó el ceño al escuchar aquello, no había duda de que era el mismo James con el que jugaba de niño.

— No puedo decir lo mismo de ti James, tu madre estuviera sumamente decepcionada de ti, eres un criminal muy peligroso y nada honrado.

— El destino a veces nos tiene otras cosas preparadas Wilson, por eso seré breve — James fijó la vista en el hombre — supe por ahí que tienes una estrecha y buena relación con Stark, tengo contactos — James agregó esto último al ver la reacción alerta de Sam — él es mi enemigo, me estorba en este mundo de poder y control, debes venirte a mi bando, puedo darte todo lo que deseas, no se me olvida que eres como mi hermano, por si no sabias tengo a Steve de mi lado, ya sólo faltas tú.

Sam sonrió con ironía.

— ¿Y si no lo hago?

Sam lo retó sin una pizca de temor.

— Considérate muerto, tú, Steve, el pequeño Chad y tu hermosa esposa quien está embarazada, por cierto ¡Felicitaciones!

James dió la vuelta alejándose del hombre al cual acababa de amenazar, debía mantener la cordura y el misterio, sabía que Sam era inteligente por lo cual analizaría su mejor opción, tonto no era.

Sam maldijo en voz baja ante aquel encuentro que lo dejó totalmente alterado.


Natasha miraba suspicazmente a Wanda quién vivía en la casa de seguridad de James y ella, desde el funeral de su marido ella se había establecido con ellos; no le molestaba en absoluto pero si era incómodo verla como dueña y señora de aquella casa, incluso se encargaba de manejar al personal a su antojo; realmente Natasha jamás se había tomado la molestia de tomar el papel de la "señora de la casa" pero aquello le parecía extraño.

Agregando que tanto Clint como Steve no se separaban de ella en ningún momento y James parecía ignorar por completo su presencia; aquello la tenía tranquila pero a la vez alerta pues solía escuchar a James discutir con sus hombres en el despacho con quienes trabajaba arduamente.

— ¿Vas a decirme que sucede?

Natasha rozó su nariz con la de Steve quién se encontraba en silencio mientras recibía mimos de su amada; ambos se encontraban entre las sábanas de la pelirroja aprovechando que Wanda y James no se encontraban en casa.

— Nada sucede Nat....

La mujer frunció el ceño desconfiada de aquella respuesta, lo conocía, sabia que algo sucedía, no era normal para ella tener a Clint y a Vladio vigilándola arduamente, además de que a los tres hombres los había escuchado hablar en susurros en varias ocasiones.

— ¿Segura mi amor?

Steve sonrió al escucharla llamarlo así, si fuera por él le diría todo, pero sabía que no era momento, pronto le explicaría todo, pero primero tenían que salir del país. Vladio tenía los documentos listos para desaparecer del mapa de Barnes, incluso un acta de defunción para ambos se encontraba en el fondo de su cajonera; podía ver en un futuro cercano como Natasha y él estarían juntos lejos de todo.

— Que romántica señorita Natasha....

Steve comenzó a hacerle cosquillas haciéndola reír a carcajadas mientras se colocaba encima de ella para robarle un dulce y sensual beso que los hizo caer de nuevo en las redes de la pasión.

Sharon Carter salió de su oficina, agotada sostenía sus pertenencias mientras caminaba a su auto cuando una camioneta negra blindada se detuvo frente a ella, alerta se disponía a sacar su arma corta pero al ver bajar al castaño sadico del cual estaba locamente fascinada esbozó una sonrisa y saltó a sus brazos recibiendo un beso de su parte.

Ambos amantes apresuraron su entrada a la camioneta para después desaparecer de aquella calle solitaria la cual parecía no tener testigo alguno, pero para su desgracia Sam Wilson había visto todo.
Comenzó a atar cabos, Sharon de un tiempo para acá se había vuelto importante en su escuadron, sus actitudes delataban que algo ocurría; no daba crédito de aquello, pero ahora mas que nunca debía ser cauteloso; debía acabar con Barnes y su estúpida mafia americana; por su bienestar y el de los demás.

Chad Wilson revisó por tercera vez el sistema de seguridad del bar, siendo las cuatro de la mañana ya todos los empleados se habían ido a casa, aseguró la caja fuerte para después salir hacia la calle en busca de su auto, pero no contaba que tres hombres lo esperaban en la acera de enfrente, lo emboscaron arrojándolo al asfalto donde comenzaron a golpearlo salvajemente, el joven trató de cubrirse y salir ileso pero la brutalidad de aquellos hombres pudo más.

— Dile a Sam Wilson que esta es la primera advertencia.

Uno de los hombres escupió aquellas palabras hacía el joven quién momentos después cayó inconsciente en medio de la noche fría en Brooklyn.

Uno de los hombres escupió aquellas palabras hacía el joven quién momentos después cayó inconsciente en medio de la noche fría en Brooklyn

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Culpemos a mis ganas tremendas de leer que he dejado a un lado escribir 😭

Prometo retomar pero es que ya soy una señora que se la pasa dormida hahaha

La buena noticia es que esta historia ya está entrando a su etapa final 🫶🏻

Nos leemos prontito!!!!

Por cierto en instagram tengo una cuenta donde recomiendo libros y hago contenido!! Vayan a seguirme ❤️ gabs_letters ✨

23 Mayo 2023

Ᏼꭺꭱꭲꭼɴꭰꭼꭱ || 𝑹𝒐𝒎𝒂𝒏𝒐𝒈𝒆𝒓𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora