17.

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Natasha mordía sus uñas mientras esperaba en el pasillo a que el médico terminara de atender a Steve.

Clint furioso veía de reojo a Natasha; harto de todo se encerró en su oficina tratando de comunicarse con su padre o con Barnes.

James al escuchar que Natasha volvió a sufrir un atentado le ordenó de inmediato su traslado a Moscú, al parecer todos parecian ineficientes para protegerla.

Tres horas después, Natasha pudo ver a Steve quien por los calmantes se encontraba dormido, la mujer se sentó a su lado, tomó una de sus manos y lo observó en silencio.

— El señor Rogers tiene suerte, sólo fue unas cuantas puntadas, aún asi debe guardar reposo, se alimente bien y en unos días podrá regresar a sus actividades.

Natasha se comprometió a cuidarlo, se quedó sola en la habitación, soltó un llanto desgarrador que había estado conteniendo debido a la presencia de gente en la cual no confiaba.

— Steve, ¿Que hice para merecerte?

La mujer sonrió levemente, acarició el cabello del hombre, no supo en que momento se quedó dormida hasta que una enfermera la despertó indicándole que debían revisar a Steve por lo cual ella debió salir de la habitación, decidió darse un baño, bajó a desayunar y aprovechó para ordenar una comida nutritiva para Steve cuando despertara.

Clint quién la había estado buscando por un rato sonrió satisfecho al encontrarla tranquila y sola, era mejor así.

— Natasha que bueno que te encuentro, partes hoy a la tarde a Moscú, tus padres llegaron esta mañana, James ha adelantado su enlace.

Natasha dejó caer su tenedor sobre el plato haciendo escándalo, apretó sus nudillos y agachó la cabeza triste; aquello no lo esperaba.

—  No puedo dejar a Steve solo, está recuperándose y lo necesito a mi lado.

Clint se sentó a su lado, acarició su hombro.

—  Tenemos personal que cuida de él, no desobedezcas y sube al jet, tienes un deber.

El hombre se ablandó dejando que Natasha lo abrazara fraternalmente, la pelirroja suspiró con tristeza sintiendo sus lágrimas derramarse en su rostro.

Su destino estaba marcado.

Cuando Steve despertó no encontró a Natasha en la habitación, en cambio una enfermera se encargó de alimentarlo y darle sus medicamentos ignorando las preguntas del hombre que comenzaba a desesperarse, debía saber donde se encontraba Natasha.

—  Rogers, es un gusto verte recuperado — Clint tomó una manzana que se encontraba en una mesita — tenemos mucho trabajo que hacer.

— ¿Dónde está Natasha? — Steve se puso de pie confrontando a Clint quién enarco una ceja.

— En Moscú, se casa el fin de semana, asi que no requiere de tus servicios.

El rostro de Steve se desencajo, agachó la cabeza furioso apretando sus puños y sintiendo su cabeza nublarse de ira.

— Mi deber es protegerla...

Clint soltó una carcajada que lo hizo enfurecerse más.

— Ella estará bien, la casa de seguridad de Moscú esta bien resguardada, además Vladio está presente y bueno su futuro marido, Barnes es un sanguinario, asi que estará bien.

— No lo entiendes...

—  No Steve, el que no entiende aqui eres tú — Clint sorpresivamente sacó su arma, quitó el seguro y apuntó a Steve —  la próxima vez que veas a Natasha, será la Señora Barnes, ella junto con su marido tomaran a cargo el negocio ruso, asi que te dirigiras a ella con respeto, le dirás adiós a lo que sea que tenían y dejarás de follartela si es que quieres seguir vivo.

Ᏼꭺꭱꭲꭼɴꭰꭼꭱ || 𝑹𝒐𝒎𝒂𝒏𝒐𝒈𝒆𝒓𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora