11.

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Steve caminaba de un lado a otro impaciente, con un ramo de rosas en la mano miraba de vez en cuando al exterior dándose cuenta que la mujer a la que esperaba al parecer no llegaría.

Preocupado maldijo en voz baja, sabía que sería en vano marcar su número ya que siempre contestaba el buzón, impaciente dejó el ramo sobre una mesa y salió al exterior a tratar de encontrarla, pero la presencia de Vladio lo detuvo, frunció el ceño al ver al hombre con marcas en su rostro y su semblante serio, intuyó que algo grave había sucedido.

— ¿Natasha se encuentra bien?

Steve preguntó alerta mientras Vladio respondió asintiendo.

— La niña Natasha se encuentra bien Steve, pero me temo que no volverás a verla.

— ¿De que hablas? ¿Donde está?

Steve frunció el ceño esperando alguna respuesta.

Vladio exhaló.

— Natasha está comprometida y pronto contraerá matrimonio, es mejor que la dejes ir muchacho, si no quieres morir en el intento.

Steve abrió la boca un momento procesando lo que acababa de escuchar.

— Ella no me lo dijo — Steve sonrió de medio lado, todo había sido tan bonito para ser cierto.

— Como tampoco te dijo que somos parte de la mafia rusa y ella es hija de uno de los capos mas imponentes, asi que si valoras tu vida déjala en paz y evita una bala en tu frente — el hombre apaciblemente sacó de su chaqueta un pedazo de papel entregandoselo a Steve.

— Natasha sufrió un atentado hace dos noches después de venir a verte, fue secuestrada y rescatada de milagro, su mundo es peligroso.

Steve trataba de procesar con rapidez todo aquello que sonaba a una película policíaca.

— Necesito verla, una carta no me sirve de nada, yo....

— Nisiquiera se porque acepté venir a darte esto, ¿Quieres que te neta un tiro en la frente Steve? Natasha es mala para ti, su mundo lo es, nosotros lo somos, sólo olvídate de ella...

Vladio dió una media vuelta para después girarse a Steve.

— Nada de esto sucedió, que tengas una buena vida Steve.

Vladio siguió su camino dejando a Steve en medio de la banqueta con la carta en sus manos, la guardo en un bolsillo y decidió seguir al hombre; una, dos calles hasta que fue atacado por él arrastrandolo por un callejón, pero Steve reaccionó defendiendose iniciando una pelea callejera donde terminó por desarmar al hombre quién terminó en el suelo vencido.

Vladio no esperaba ningún golpe de vuelta, pero Steve había resultado más hábil de lo que imaginó, en son de paz aceptó la mano de Steve quién lo ayudó a levantarse.

— Quiero estar cerca de Natasha, como su guarura, estoy enamorado de ella y si sonará tonto, pero lo estoy — Steve habló fuerte y seguro de si mismo ganándose una carcajada del hombre.

— ¿Si sabes que estás firmando tu sentencia de muerte Steve? Una vez entrando a esto, no hay salida más que la muerte.

Steve asintío.

— Se manejar armas, crear tácticas, defensa personal, estuve en la milicia.

— Esto no es el estúpido ejército americano.

— Lo se y tomo el riesgo.

— ¿Tanto te importa Natasha?

Steve asintío.

Ᏼꭺꭱꭲꭼɴꭰꭼꭱ || 𝑹𝒐𝒎𝒂𝒏𝒐𝒈𝒆𝒓𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora