Capítulo 2

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Año 1490, Bulgaria

Yo lo sabía, pero no me animaba a sacar el tema, no lo quería creer y simplemente lo omití, después de que le confesé a Katherina, lo que era, en vez de alejarse, se acercó más a mí, nuestra conexión hacia lo suyo, pero seguía sin descubrir lo que yo sentía por ella, parecía ignorante, y ahora dolida, por lo que había descubierto, no sabía que hacer.

Katherina estaba embarazada, de un pueblerino estúpido.

Me encontraba enfadada, y decepcionada, sé que no éramos nada, aun así dolía mucho, cuando escuche otro corazón latir en ella, en su vientre algo me mató por dentro, más que enojada, era triste como me encontraba.

Dixon, el pueblerino ahora convertido y bautizado por mí, se encontraba sentado a mi lado, no decía nada, no hacía falta me encontraba destrozada.

-Nos iremos. - anuncie.

-¿La dejaras? - preguntó sorprendido, negué rápidamente, estábamos en una taberna del pueblo, no podía estar en la casa, sabiendo lo que sabía.

-Dejaré que tenga al bebé, eventualmente la desterranran, y cuando lo hagan, nosotros nos iremos.

-La dejaras. - aseguró.

-Maldición, no. - grité exasperada, atrayendo miradas innecesarias - Entiende, Dixon, no puedo simplemente quedarme a su lado, después de... - no pude ni decirlo, me sentía traicionada.

-La amas, -volvió a asegurar - la amas y aún así la dejarás. - me vio molesto.

-¿Que se supone que haga? El simple hecho de amarla como lo hago, esta mal, es un delito, una abominación, y ¿que pretendes? ¿Que le diga que cuidemos al bebé juntas y fingamos ser una familia feliz? Por favor.

-No te entiendo, ¿que tiene de abominación que la ames? Que seas una chica y ella también no cambia nada, lo único que haces, es herirte y herirla.

-No sé qué más hacer,-murmuré, dolida, - no puedo protegerla, no puedo verla sin pensar en eso, no puedo simplemente fingir que nada pasó.

-Recuerda que ella no lo sabe, no puedes culparla.

-Y no lo hago, pero, ¿como se suponía que se lo dijera? ¿Qué haría si huye?

-No huyó cuando le dijiste tu naturaleza ¿y crees que eso la asustara? Por Dios.

Negué con la cabeza, no lo miraba, sabía que tenía razón, probablemente esto también era mi culpa, pero no podía ya hacer nada, él suspiró fuerte, y se levantó de la mesa dejandome sola, necesitaba pensar que hacer o decirle. Hoy le diría a sus padres lo que, rn algún momento ellos sabrían, y sé que no reaccionarian bien, de eso estaba segura. Le prometí que no la dejaría, pero esto sobre pasaba mis límites, mi paciencia, mi tolerancia.

Un bebé, del cual ni siquiera sabe quién es el papá o lo sabe y lo protege de una responsabilidad que le pertenece; no sabía que pensar del bebé, es decir siempre quise tener una familia pero no de esta manera y ella querría que me quedara a su lado, y no podía, me sentía traicionada.

Seguí divagando en mis pensamientos, hasta que vi el sol ocultándose, ahí decidí que era momento de volver a la mansión, caminé de forma lenta, no quería llegar, Dixon se unió a mí, en medio camino no dijo nada, y no era necesario sabía que él me apoyaría sin importar mi decisión. Al llegar a la mansión, todo estaba en silencio, me había saltado la cena, pero poco me importaba, subí las escaleras, en dirección a mi habitación, antes de llegar a ella, me detuve al frente de la de Katherina y no pude evitar preguntarme si se encontraba bien ¿y si la golpeo? ¿Había llorado? ¿Habría comido? ¿Estaría durmiendo o estaría despierta? Soltando un suspiro de frustración, le hice una seña a Dixon para que siguiera a mi habitación, y él sonrió complacido, toque la puerta de Katherina, tres veces, espere una respuesta al no obtenerla desistí, antes de marcharme la escuché.

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