Capítulo 12

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Cuando era niña, siempre pensaba en como sería enamorarme, casarme, tener hijos y envejecer, tener una linda vida con algunas mascotas y ver a mis hermanos menores crecer y ser felices con sus propias familias.

Esther nos quitó todo eso, nos quito el derecho a decidir si queríamos morir de viejos o no, si queríamos tener hijos o no, su simple acto egoísta en contra de la naturaleza misma nos hizo, monstruos, nos quitó todo rastro de humanidad, en nuestro cuerpo.

Mikael, él nos quitó todo tipo de humanidad de nuestras almas, nos hizo sedientos de venganza y de poder, poder vivir con libertad. Él se convirtió en el monstruo de mis pesadillas, el cazador desalmado que sin importar que fueramos cachorros, nos quitó todo. Éramos familia, y él se convirtió en el destructor de esa familia.

Hoy, Nik, mi hermano gemelo, era la representación de todo lo malo que habían hechos nuestros padres en nosotros, paranoico, desconfiado, demasiado meticuloso con todo lo que lo rodea, deseoso de poder, de poder para destrozar a Mikael, y lo entiendo, no hay mejor forma de enfrentar nuestros miedos que obteniendo poder para poder destrozarlo, pero los métodos de Niklaus, estaban siendo demasiado extremos.

El golpe seco del cuerpo de Kol, distrajo mis pensamientos, Nik y él se encontraban discutiendo sobre no sé que tontería, y ahora son golpes por todas partes.

-¿No gustarías de separarlos, hermana? -me habla, Elijah, tanto él como yo, cansados de sus constantes peleas.

-¿Tengo necesariamente que intervenir? Este vestido es algo pesado.

Elijah me veía suplicante, ciertamente él siempre estaba del lado de Nik, ya que no quería terminar con una estaca en el corazón y ya que conmigo no funcionan, era la única que podía interponerme en las peleas de este par e incluso en las de Nik y Rebekah o de Rebekah y Kol.

Rodee los ojos con cansancio, yo no era Elijah para estar mediando en peleas.

-¡Suficiente! - grité, mientras golpeaba el pecho de Nik y de Kol haciéndolos volar en direcciones opuestas -¡Ya no son niños! ¡Comportense como los adultos que son! - regañe.

Ellos se levantaron dispuestos a seguir con la pelea, e incluirme en ella por haberme involucrado, el primero en venir hacia mí fue Kol, gruñendo y con los ojos negros tomó mi cuello y me estampo contra el sofá rompiendolo en el proceso; con mi mano derecha, agarre la mano que estaba en mi cuello y la quebré, haciendolo gritar de dolor, mientras con la otra lo empujaba fuera de mí, golpeandose contra la pared, no espere a que viniera por mí si no, fui hacia él primero y rompí su cuello en un fácil movimiento dejándolo inconsciente.

Nik me veía cauteloso pero aún con su instinto asesino a flor de piel, Niklaus gruño en mi dirección amenazadoramente, así que gruñi de igual forma, haciendo que mis ojos dorados y negros se mostrarán, eso no lo asustó pero si asustó a Elijah, que intervino.

-Tranquilicense. - ordenó poniéndose en medio, de ambos.

-Eso díselo a él, que para no tener la maldición activa, parece un sabueso en plena caza. -guñi, molesta.

Niklaus solo me gruño devuelta pero no hizo ningún gesto de querer seguir peleando. Elijah suspiró relajandose un poco.

-Rompieron el sofá. - gimió frustrada Rebekah, mirando el desastre de la sala.

-Fue Kol. - dijimos Nik y yo al unísono, señalando al inconsciente Kol.

-Me voy. - dijo Elijah, saliendo de la sala frustrado por nuestro comportamiento.

-Relájate, Elijah. - grité, haciendo reír a Nik.

Rebekah rodó los ojos y se fue, a quien sabe donde.

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