Capítulo 6

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-¿Si tuvieras un hijo como le pondrías?

-¿Me preguntas porque quieres saber como llamaré a nuestros hijos? -intenté bromear, aunque no lo era del todo, ella soltó una carcajada que inundó la estancia.

-Quiero saber, solo eso.

-La verdad nunca lo he pensado, solo sé que en su momento lo sabré, le veré y sabré cuál es el indicado.

Asintió no muy a gusto con mi respuesta, pero era lo que estaba dispuesta a darle.

-¿Tú? ¿Cómo le pondrías?

-No lo sé, creo que me gustaría llamarla Elizabeth o Katherina.

Reí por este último.

-Sería interesante conocer una Katherina versión miniatura.

-Sería lindo que fuéramos una familia, ya sabes sin las complicaciones que eso conlleva.

Asentí mientras me acostaba a su lado y besaba su coronilla, tenía una pequeña espinita clavada con eso, nunca podríamos tener una familia, ni estar juntas de forma libre, no podría darle la libertad que ella merece ni profesar el amor que le tengo sin que nos vean mal o nos intenten matar, desearía que las cosas cambien.

-Te tengo una pregunta.

-Suéltalo.

Tenía curiosidad por ciertas cosas sobre ella, pero, aún así no quería incomodarla demasiado, estos últimos días ha estado más sensible de lo normal, todo le molesta o la hace llorar.

-¿Por qué no te espantaste cuando te confesé todo?

-¿Todo qué?

-Lo que yo era, empezando por eso y de ahí a todo lo demás.

-Es simple, nunca me hiciste daño ni intentaste apagarme, siempre apoyaste mis locuras y cuidaste que no me lastimara demasiado en el proceso, como cuando salimos a el baile del pueblo sin el conocimiento de mis padres.

-O cuando decidiste meterte a nadar a rio desnuda.

-O cuando golpeaste a ese campesino tonto, que se quiso pasar de listo.

-Creo que podríamos seguir así toda la noche, sin parar, ahora bien, entiendo muy bien tu punto.

-Si. - río por mi comentario inicial - Muy en el fondo siempre supe, que había algo más, que me impedía dejarte tirada o no corresponderte, simplemente no podía no quererte, siempre llamaste mi atención.

-Así que siempre estuve en tu mente ¿eh?

-No te lo negaré así fue, aun cuando tú no querías saber nada de mí.

-Ni me lo recuerdes fue muy tonto de mi parte, el alejarte.

-¿Por qué lo hacías? - su mirada brilló con curiosidad pura y yo no pude sentirme peor. Si ella se enteraba de lo que era y de porqué yo conocía su condición, se molestaría.

En mi mente no se venia ninguna excusa lo suficientemente buena para decirle, no podía soltar tal aclaración. Mi mente seguía divagando en que decirle, y su mirada cada momento perdía su brillo, no quería que llorara o se molestara, pero no sabía que decirle.

Un olor peculiar llegó a mi nariz, y un grito de su parte me alarmó, pronto la cama se empapó y lo supe, ya estaba a punto de que el bebé naciera. Ella me vio aterrada e intenté sonreírle.

-Iré por tu madre, espera un poco. - murmuré besando su cabeza, ella se desesperó todavía más pero asintió.

Corrí escaleras abajo, llamando a la mamá de Katherina que llegó alarmada a mi lado, le dije lo que sucedía y ella llamó a la servidumbre para que alistaran un par de cosas, ambas subimos a donde se encontraba Katherina, que estaba llorando.

Always and ForeverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora