Había mandado a arreglar una pequeña casa a las afueras de Mystic Falls, no me gustan los hoteles de paso, mucho menos gastar dinero en ellos, así que para mí era mejor tener todo preparado, Emmet, había llevado a los híbridos ahí mientras yo encontraba a Katherine, el solo hecho de pensar en ella, hacia que mi sangre hirviera de furia, había tenido una larga clase de historia con el brujo, busco e indagó para mí todo lo que respondiera mis preguntas, siempre había creído que la maldición que ataba a Nik era la causante de que hubieran doppelgängers, que errada era mi suposición, los Doppelgängers existen incluso antes que nosotros los primeros vampiros, solo eso; los primeros inmortales existen desde mucho antes, de solo volver a pensar en la conversación de ese viejo brujo, mi cabeza palpita de dolor. El saber que el doppelgänger de Petrova no tiene compañero legitimo, ya que su alma esta ligada a un viejo conjuro y a un más viejo brujo, hierve mi sangre.
-¿Sigues pensándolo? -preguntó Dixon, que viaja a mi lado, en el jet privado, que me llevaba a Virginia.
-No puedo dejar de pensar en sus palabras ¿Cómo no lo vi venir? Soy tan estúpida
-No digas eso, porque no lo eres.
-¿Entonces que soy?
-Eres una persona, que quiere algo que realmente todos queremos, y que te mereces.-lo miré sin comprender lo que realmente decía.
-Escucha, todos necesitamos alguien en quién confiar y a quién amar, tienes tu exagerada disfuncional familia, pero casi siempre estas lejos de ellos, de la manada, crees que amarlos te hará débil pero yo creo que eso es lo que te hace valiente, los tienes a ellos y ellos te tienen a ti, anhelas el calor de una familia sin ver, que la tienes en frente.-suspiré, sintiendo el peso de sus palabras,-Cuando me acogiste supe que te seguiría sin importar lo que hicieras o a donde tuviera que ir, porque te convertiste en mi familia, te amo, Alex, de todo corazón, hemos pasado mucho tiempo juntos, y aunque tengo a mi compañera, también te tengo a ti, porque eres familia.
Antes de que pudiera responder, uno de los chicos llamó a Dixon, este sonrió y se dirigió a su asiento, y sentí que iba a llorar como una niña pequeña, de la nada el avión se me hizo pequeño, y el nudo en mi garganta que tengo desde que sé que Katherine no es mi compañera real, se hizo insoportable, quité el cinturón y me dirigí al baño sin volver a nadie, no me había permitido llorar, ni sentirlo, me hice un ovillo en el suelo del baño, y lloré, mientras tapo mi boca, no quería que nadie me escuchara, mucho menos que vinieran a ver que me pasaba. Era ingenua, torpe, ilusa, creí que con tener una compañera, el hueco que dejó mi familia se disiparía, quería volver a ser niña, y poder dejar de pensar.
Lloré lo que me quedaba del vuelo, porque me sentí tonta, me dejé engañar por una estúpida doppelgänger, me burlé de mis hermanos, pero caí como ellos redonda en su juego, solo fui la mosca presa de una araña que me iba a devorar. Me miré en el espejo, y lave mi cara, quitando el rastro de lágrimas de mis mejillas, y me miré, como llevaba tiempo sin hacerlo, seguía siendo la niña suicida que quería dejar que su hermano clavara una estaca en su corazón para dejar de existir, toqué donde estaba mi corazón, que latía de forma exageradamente lenta, esa noche, supe que él no podría ponerme a dormir, como lo había hecho con Finn, yo no era como mis hermanos, tampoco era como Nik. Suspiré, estresada.
-Sin importar qué, eres una Mikaelson, nadie te pisotea, nadie esta por encima de ti, eres la híbrida original, la primera, la más fuerte, concéntrate Alexandra,-me ordené y recordé las palabras de Esther, que todavía calan hondo dentro de mí -Si eres un monstruo se el peor de todos.
Salí del baño como si nada hubiera pasado, me senté en mi asiento, coloqué mi cinturón, y miré hacia la ventana, estábamos por aterrizar, ignoré, la insistencia de Dixon y esperé a aterrizar.
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Always and Forever
FanficAl principio, solo éramos nosotros siete, siendo familia, por y para siempre, había sido nuestro lema, pero, todo cambió cuando mi gemelo, corrió hacia nosotros con el cuerpo inerte de nuestro hermano pequeño en brazos. No lo quería creer. Aún recu...