Capitulo 7

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Entré a la habitación de Katherina, sin tocar, ella estaba frente a su ventana, se veía ligeramente más pálida y ojerosa.

-¿Me llamaste? - hablé, intentando sonar lo más tranquila posible.

Ella me miró y no habló por un rato, soltó un largo suspiro, y estiró su mano hacia mí, indicándome que me acercara y eso hice, tome su mano y la levanté, ella me abrazó por la cintura y yo por sus hombros. Nos quedamos así por un largo rato, hasta que ella decidió hablar.

-Lamento lo que dije, no estaba pensando no podía no pensar en que tal vez, pude tenerla conmigo.-dijo tan bajo como pudo.

-Lo sé, no te preocupes.

-No yo solo, necesito que me entiendas.

-Te entiendo, Katherina, no te preocupes.

-¿Segura?

-Por supuesto. - sonreí intentando parecer confiada, ella me miraba desde abajo, tomó mi rostro con sus manos y me besó, bruscamente arremetió contra mí, se sintió diferente a las otras veces, ella no se detenía y exigía más de mí, quería meter su lengua en mi boca y presionaba fuertemente mi cintura, no al punto de dañarme pero si de intentar retenerme, no quería, no así. - Katherina, detente. - la alejé de mi, ejerciendo algo de fuerza, probablemente sus brazos quedarían marcados.

Mierda, no quería dañarla o incomodarla.

-¿Es que no me quieres ya? - preguntó indignada - ¡Sueltame! - gritó, así lo hice, no quería que se enojara.

-No es eso, Katherina, si te quiero, pero estas mal.

-¿Que si estoy mal? ¡Pues, claro que lo estoy! Por eso, te necesito.-volvió a gritar.

-Y me tienes, Katherina, pero no así, no puedes hacer las cosas así.

-¿Por qué no? ¿No es como hacen las cosas desde siempre? ¿No es lo que tú quieres de mí?

-Pero, ¿qué te pasa? ¡Quiero mucho más de ti! ¡Lo quiero todo! ¡Estoy aquí para ayudarte y cuidarte! - grité devuelta.

-¡Entonces ayúdame así! - intentó volver a besarme.

-Así no, Katherina.

Sus ojos se empañaron y su labio inferior tembló, y empezó a llorar. La atraje a mí, y siguió llorando por lo que parecieron horas, la sentí débil, así que me incliné y la tomé por debajo de las rodillas y la lleve a la cama, ella no se quejó ni rechistó.

-Me siento tan pérdida, tan vacía.

-No me imagino como te sientes, Katherina, pero ambas sabemos que es lo mejor.

-Lo sé, solo que el estar aquí, me recuerda lo bien que se sentía, lo feliz que te hacía. - murmuró con voz quebrada.

-Oh linda, lo siento de verdad.

-¿Te quedarías conmigo hasta que me duerma? Me siento muy cansada.

-Por supuesto, Kathe.

Ella se acomodó mejor en la cama y la tape con las sábanas, acaricie su cabello, y escuché su respiración relentizarse. Se había quedado dormida, me quede contemplandola por un rato, hasta que decidí levantarme; tenía cosas que hacer.

Ella tenía que irse de aquí cuanto antes, no le hace bien estar aquí, le habían dado una semana para irse, ella "decidiría" a donde irse, pero dudaba que tuviera esa elección del todo libre. Su padre siempre mandó sobre ella, sin importarle que lo hacia por cuidarla ya que ella solía ser imprudente, su padre la mano dura y su madre demasiado dulce y comprensiva, hacían un gran equipo, equilibrando la balanza.

Always and ForeverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora