28 - El elefante encadenado

8 1 0
                                    

Historia, personajes y redacción por Garrick16



— Esto debe de ser una broma.

Los ojos de todos miraron el cuerpo de Caurelio sobre el sillón, la pantera respiraba profundo, sin inmutarse. 

— ¿Cómo puede dormir así? — preguntó Gante.

— Yo lo puse en coma — habló Candor aterrando a todo Pecaria. 

— ¿Cómo diablos lo hizo? — exclamó el luchador tras la máscara.

— Usé mi gema — reveló Candor alertando a Vigor y a Garrido.

— Se lo tienen merecido — Gante se alejó y tomó asiento en su escritorio —, ya quiero ver como lo solucionan «a su manera» — con desprecio, hizo una pistola con sus dedos, burlándose.

— Deberíamos dejarlo así y que sirva como lección por todo lo que han hecho — añadió Visto enfocada en su celular, molesta.

— Vale la pena escribir esto — con ironía, Forges tomaba apuntes. 

Flavio y Ruga soportaban las burlas, pero su semblante estaba decaído, en parte, solo muy en parte, Pecaria tenía razón. 

— ¿Cómo terminó así? — preguntó Garrido a Emilio.

— No tenemos idea — el comandante se encogió de hombros —, pasó poco después del ataque a ColorCo, Caurelio fue herido y perdimos contacto con él. Algo debió pasar en ese tiempo — consideraba.

— Lo detuvimos en una zona residencial — Candor explicaba a Vigor, quien seguía con el ceño fruncido —, acabó con todos, tenía un apetito insaciable — Pecaria guardó silencio —. No tuve más remedio y lo puse en coma — la voz de Candor mostraba vergüenza, frustración y cansancio —. Espero que no despierte, pero si lo hace, no quiero lastimarlo — se sinceró —. He oído que puedes ayudar a los agrestes a entrar en razón. ¿Podrías ayudarlo? — suplicó Candor.   

Vigor se acercó a Caurelio, su cuerpo desnudo aun mostraba rastros de sangre, vendas y heridas, su pecho subía y bajaba con cada respiración y su apariencia era amenazante, ColorCo debió pasar por momentos difíciles para atraparlo. 

— No mereces que te ayudemos tras todo lo que ColorCo ha hecho — sentenció Vigor con desprecio, lastimando los corazones de sus enemigos — Pero Pecaria cuida a los agrestes y estamos cansados de tantas muertes — el rostro de Ruga, Flavio y Milo se alivió —. Gante, Visto, busquen algo para cubrir su cuerpo. Garrido, Forges, llévenlo a la cama de la habitación de atrás. Intentaré razonar con él — explicó a Candor. 

El cuarto trasero se preparó, las cortinas se corrieron y la luz se apagó como medida de precaución, Garrido despejó la cama y preparó un asiento, con todo en su lugar, Caurelio fue colocado sobre la cama y cubierto por una sabana, en la cabecera, Vigor tomó una silla y colocó sus manos a los lados de la cabeza de la pantera. Todos miraban atentos. 

— ¿Puedes sacarlo del coma sin despertarlo? — preguntó Vigor a Candor, acariciando la sien del felino.

— Sí, puedo cambiar el coma por sueño, pero si despierta...

— Nosotros nos encargaremos — aseguró Garrido. 

Candor colocó su mano sobre el rostro de la pantera, rozando su nariz húmeda, sus bigotes y su pelaje obscuro. Su gema destelló y con ella resonaron las de Vigor y Garrido. Un aura morada iluminó por un instante la mano de Candor y éste asintió.

Vigor tensó las manos, cerró los ojos y su gema emitió un destello fulgente. 



Rakonto Drakone - FerozDonde viven las historias. Descúbrelo ahora