Historia, personajes y redacción por Garrick16
— Es aquí — señaló Feroz.
La camioneta se detuvo y Catrín, Fragua y Estio miraron con preocupación las extensas instalaciones de ColorCo, con una gran cantidad de soldados armados corriendo de un lado a otro para intentar controlar una situación caótica.
— ¿Estás seguro que el tigre vino a este lugar? — preguntó Fragua.
— Sí, puedo olfatearlo, no debería estar lejos.
— Entrar ahí será un suicidio — exclamó Estio mirando el nerviosismo de los soldados —, lo mejor será esperar a que las cosas se calmen.
— Quizá sea lo mejor, cachorro — retomó Catrín —. Si los soldados te ven a ti o a don Fragua, estaremos en un gran problema. Confiemos en ellos, son gente experta, estoy seguro que sabrán cómo lidiar con un simple tigre.
— No, Siberio es demasiado peligroso, está demente — para sorpresa de todos, Feroz bajó de la camioneta —. Debo ir, tengo que ayudarles.
— Espera, muchacho — le detuvo Fragua —. Solo harás que te maten.
— Correré, seré más veloz que sus balas — Feroz estaba determinado.
— ¡Espera, espera! — Catrín bajó del auto —. Eres igual de terco que mi jefe. Yo distraeré a los soldados — mientras hablaba la muerte se quitó la máscara, dejando al descubierto un cabelló rubio, un rostro acentuado, cejas abundantes y ojos claros —. Don Fragua, don Estio, yo iré con el muchacho, ustedes resguárdense en un lugar seguro.
— ¿En verdad crees que nos quedaremos de brazos cruzados a esperarlos? — refutó el toro haciendo ademan de descender del vehículo.
— Perdone mi atrevimiento, pero el lobo es cien veces más rápido que usted. Además, si puede olfatear al tigre, solo seremos un estorbo intentando ir a su ritmo — explicó Catrín.
— Lo mejor será prepararnos por si ellos fallan — Estio sujetó a Fragua por el hombro, haciéndolo regresar a su asiento —. Por cierto, Catrín, pensé que los tuyos no intervenían de forma directa.
— Lo mismo digo, señor Estio — respondió lanzándole una mirara de complicidad —, pero ya hablaremos después. Atrás de mí, cachorro. Rápido.
Dejando confuso a Fragua y a Feroz, Catrín desenmascarado caminó con firmeza ante el puesto de vigilancia. De inmediato un grupo de soldados le cortó el paso.
— ¿Qué diablos pasa aquí? — la imponente voz de Catrín desconcertó a los soldados.
— ¡Alto ahí, identifíquese! — los hombres le apuntaron con sus armas.
— ¿Cómo osa dirigirse a mí de esa forma, soldado? — le gritó Catrín — ¿es que no sabe quién diablos soy yo?
Los hombres se miraron confundidos, mientras que la presencia de Catrín llamaba la atención de más y más soldados. Desde la camioneta, Estio y Fragua miraban como Feroz se escondía entre la maleza, mirando atento a Catrín.
— Oye, viejo. ¿Quién es él? — le interrogó Fragua —. No es un humano común y corriente, ¿verdad?
— No, no lo es — confirmó el alquimio.
— Yo soy Marco Montoya, del departamento de seguridad y contabilidad. ¿Qué diablos está pasando aquí?
— No tenemos conocimiento de ese departamento, ni mucho menos visitas programadas — refutó un soldado desconfiado.
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Rakonto Drakone - Feroz
FantasiHace tiempo, cuando los tigres fumaban y los dragones cantaban, existió un par de grupos, compuestos de gente peculiar, demasiado peculiar. Unos, respaldados por una compañía multinacional, enfocada en la investigación y experimentación; los otros...