8.- Casa sola

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Quedó planificado que cada martes y jueves irían a la casa de Inosuke a estudiar. Aoi se presentó formalmente con Hisa-san para pedirle la autorización de ocupar su casa como lugar de estudios, a lo que ella aceptó feliz.

Hisa-san era una mujer mayor muy activa, tenía muchas actividades con la junta vecinal y pertenecía a varios grupos de adultos mayores. Ella era muy afectuosa con Inosuke, sobre todo con sus actos de atención y gestos más que con palabras, pero tendía a dejarlo bastante tiempo solo. Lo que provocó que el 60% de las sesiones de estudios terminaran en resultados sexuales.

A pesar de las distracciones, Aoi se tomó muy en serio su tarea como mentora. Confiaba en que Inosuke era tan capaz como cualquier otro y descubrió que uno de sus grandes problemas era su memoria. Era demasiado selectivo con lo que consideraba importante recordar y lo que no, por lo que los nombres de personas y ciudades, además de las reglas gramaticales y kanjis complejos estaban en la más baja prioridad de su cerebro.

Para mediados de invierno, luego de muchas semanas de estudio, Inosuke logró hacer sus exámenes por sí mismo, aprobando con la nota justa y... ambos habían perdido su virginidad. La nieve era la excusa perfecta para que su santuario en el parque quedará temporalmente inhabilitado, para dar paso a la cálida habitación de Inosuke.

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Durante los últimos días del receso luego de año nuevo, se reunieron con todos sus amigos para patinar sobre hielo y los dos, nada más verse, se dieron la señal para reunirse a solas más tarde.

Su relación ya no pasaba desapercibida para nadie, ambos se mostraban cercanos, conversaban en su mundo sin siquiera enterarse de lo notorios que eran. Aoi ya no lo regañaba tanto y cuando llevaba "sobras de la cena" eran exclusivamente para Inosuke. Por otro lado, él ya nunca fallaba en su nombre, ya no le gritaba solo por gritar y, sin querer, irrumpía su espacio personal sin que la afectada se mostrara molesta por eso.

Esa tarde de sábado, luego de patinar sobre hielo, Aoi quería reunirse para estudiar ya que era su último fin de semana antes de volver a las clases. Por lo que, luego de despedirse de sus amigos, se dirigieron a la casa de Inosuke tomados de las manos.

- ¿Y Hisa-san? – preguntó Aoi mientras colgaba su abrigo en la entrada de la casa, comprobando que estaban solos.

- Me dijo que iba a ver a su hija, ella nunca viene.

- ¿Vive lejos?

- Ni puta idea, la verdad es que esa perra no me interesa.

- Wow – respondió sorprendida, no era la primera vez que lo oía hablar así sobre alguien, pero sí era la primera que mostraba tanto resentimiento - ¿Qué pasó con ella?

- No visita a Hisa-san porque yo vivo aquí... y la vieja se pone triste – sorpresivamente la abrazo por la espalda dejando salir un suspiro, se besaron suavemente antes de ir al salón a sentarse y cubrirse con la manta del kotatsu.

- Por eso la visita ella... – comentó tratando de no dejar el tema, le encantaba que Inosuke se abriera y pudiera hablar de esos temas con tanta soltura con ella, solo con ella.

- Si, la muy infeliz ni nota lo vieja que está esta vieja...

- No la llames así – lo regaño dándole un ligero golpe en el hombro - Hisa-san parece muy activa...

- Lo es, pero eso no le quita lo vieja – dijo dando por zanjado el tema, se acercó despacio a ella para subir de a poco su camiseta por la espalda, dando pequeñas caricias mientras atacaba su cuello con mordidas. La "casa sola" tenía un significado claro para Inosuke, y no era bueno ocultando sus intenciones.

Simple y complicado || InoAoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora