Aoi resultó vivir mucho más lejos de lo que él esperaba, recordaba vagamente que hace un tiempo le había dado una dirección poco exacta en un área alejada del centro, como nunca lo invito a su departamento lo olvido rápidamente.
Gracias a la aplicación de mapa de su celular no tuvo problemas para llegar, se encontraba justo afuera del edificio y ya había pasado 45 minutos desde que salió de su propio hogar, nervioso como no lo había estado en su vida ¿Como llegó a eso? Era sábado, 6 de la tarde de su fin de semana libre, debería estar en otra ciudad subiendo un cerro, pero no...
Pensaba que con Aoi estaban bien, que tenían algo bueno, algo lindo. Claro... saber que le vio la cara de imbécil por meses y le ocultó el pequeño detalle de que tenía una hija de 6 años, que además es su propia hija, cambiaba un poco su percepción.
Así que ahí estaba, como imbécil, cargando un oso de peluche que consiguió de camino, tocando ansiosamente la puerta 5b, con el corazón en la boca.
- ¡Aoi! – casi gritó cuando la puerta se abrió.
- Inosuke... – alzo una ceja sorprendida, ella se veía relajada, vestía ropa de andar por casa, como si en realidad no esperara que se apareciera. Ambos se quedaron mirando por segundos que parecieron horas - ¿Que te quedas ahí? Pasa... - lo invitó con la mano.
- ... - ingresó al departamento en silencio y se descalzó en la entrada.
- Toma asiento ¿te traigo algo para beber? – sentía que ese exceso de formalidad lo ponía aún más nervioso ¿o solo era muy educada? Él asintió con la cabeza y Aoi desapareció en dirección a la cocina.
Inosuke se quedó contemplando aquel lugar, era un departamento pequeño en un edificio algo antiguo, pero la calidez y el ambiente familiar del lugar era reconfortante. La salita solo tenía un pequeño comedor, un sofá con una mesa baja de centro y un televisor. Pero lo que más le llamó la atención fueron las fotos, muchas fotos de la niña que tanto ansiaba conocer. No pudo husmear más porque Aoi regresó.
- Ten... - le tendió un vaso con té frío.
- ¿D-Dónde está ella? – preguntó sin poder aguantar los nervios.
- No está... - susurró mirando hacia otro lado.
- ¿Qué... ¿¡HA?!
- Ayer nos fuimos a la casa de mis padres cuando salí del trabajo, cuando hablamos anoche estaba allá... regresé sola y ella se quedará hasta mañana – explicó mirando sus manos.
- ¿Me estás jodiendo? – dejó el vaso en la mesa de centro o terminaría rompiéndolo del coraje.
- No estaba segura de sí vendrías...
- ¡Por una mierda Aoi! ¡Me dijiste que te escribiera cuando estuviera seguro!
- ¡Es que tardaste muchos días! - aún no lo miraba a los ojos – ¿Qué pasaba si le decía que vendrías y al final no llegabas? ¿Entiendes lo que quiero decir? Me habría roto el corazón ilusionarla así...
- Definitivamente no te entiendo ¡Solo haces que pierda mi maldito tiempo! ¿Te parece que soy una puta broma? – respiró hondo, herido como jamás pensó sentirse y se puso de pie para largarse.
Aoi lo sujetó por el brazo cuando pasó por su lado - No te vayas...
- ¡Vine a ver a MI hija y tú no me dejas! – se zafó del agarre controlando su fuerza lo más que pudo.
- Inosuke... espera... - lo tomó de nuevo, esta vez con ambas manos.
- Tch... ¿Crees que para mí esto es fácil?
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Simple y complicado || InoAoi
Fiksi PenggemarEran demasiado diferentes, pero en secreto lograron conectar, conocerse y con un poco de esfuerzo, llegar a entenderse. • AU tiempo moderno. • Los personajes de esta obra no me pertenecen, son propiedad de Koyoharu Gotouge. • Las imágenes utilizadas...