23.- Traición

818 81 5
                                    

Luego de la visita de Aoi quedó completamente abatido, nunca habría estado preparado para saber que es padre. Pasó el resto de la tarde vegetando en su departamento, con la verdad completamente revelada ya no tenía ánimos para absolutamente nada, ni siquiera de seguir pensando.

Actuando en modo automático los días pasaron hasta convertirse en más de una semana, inmerso en su propia rutina y no volvió a comunicarse con Aoi durante todo ese tiempo. Se consideraba un hombre valiente, capaz de enfrentar cualquier adversidad, pero ahora no se atrevía a dar un paso más. Su decisión había sido tomada en el mismo momento en que la pregunta le fue hecha, probablemente desde antes, desde que la vio a lo lejos aquel día en el centro comercial, entonces ¿Por qué no podía entregar su respuesta?

Nunca pensó en formar una familia, pero mentiría si dijera que la idea no pasó fugazmente por su cabeza cuando se reencontró con Aoi. Ahora que sabía que tenía una hija debería estar feliz y en parte lo estaba, sentía la ilusión y la calidez, pero... ¿Por qué no se sentía bien? El silencio de Aoi caló hondo en su propia confianza ¿Tanto dudaba de él? Aunque sabía que quizás lo más importante no era ni él ni ella, detrás de los problemas que podría enfrentar con "pareja" o "padres", había una niña, su propia hija, a quien se moría por conocer.

-•-

Llegó a su trabajo e hizo su clase como de costumbre, un poco desconcentrado quizás ya que le llegó más de un puñetazo ese día y ya había acumulado unos cuantos en el transcurso de esos pocos días. Durante la tarde observaba como algunos clientes usaban las maquinas del gimnasio, aunque solo "hacia" como que trabajaba y en realidad no prestaba ninguna atención, en eso su jefe lo llamó a su oficina con una mueca de ligero disgusto, él solo soltó un suspiro desafiante antes de entrar.

- Inosuke, ¿Pasa algo, amigo? – preguntó sentado detrás de su escritorio.

- Al grano, no tengo tiempo ahora... - se mantenía de pie, con los brazos cruzados y espalda recta, muy a la defensiva.

- Bien... una de tus alumnas sufrió una lesión en su tobillo por un ejercicio mal ejecutado, uno que tu debiste supervisar... He notado que estos días has estado distraído, no me sorprende que no lo notaras.

- ¿Me vas a despedir? – preguntó fingiendo indiferencia. Sabía que sería un problema quedar sin trabajo justo en ese momento.

- No lo haré, ella solo me notificó por correo que estaría ausente y si había alguna forma de recuperar las clases que tenía contratadas luego de que sane.

- Ah – dijo disimulando su alivio.

- No se quejó con el gimnasio sorprendentemente... aunque tenía todo el derecho.

- Bien supongo... - se levantó de hombros.

- ¿Tienes algo con ella?

- ¡¿Qué?! ¡Ni siquiera sé cuál de todas es!

- Mmm, solo preguntaba... No sería la primera vez. La llamé para disculparme en tu nombre, pero me decía que de ninguna forma era tu culpa, sonaba sospechoso.

- ¡No lo hice! ¡Ya deja el tema!

- Bien. Descontaré de tu bonificación el pago de esa clase, nada más...

- Ya ¿Eso es todo? - preguntó moviéndose para salir de la oficina.

- Inosuke ¿Te pasa algo?... sabes que puedes confiar en mí – y eso fue un disparador... ya había escuchado esa frase, cientos de veces, por parte de alguien que sí logró ganarse su completa confianza y que de todas formas lo traicionó. Tanjirou siempre lo supo y cuando fue a visitarlo tuvo el descaro de mirarlo a los ojos y no decirle nada.

Simple y complicado || InoAoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora