30.- Fotos

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En la mañana se levantó mucho antes de que la alarma de Aoi sonara, ya que debía pasar a su departamento primero antes de irse a trabajar. Se despidió de ella con un beso que recibió adormilada y miró desde la puerta de la habitación de Kyoko como la pequeña dormía desparramada sobre la cama. Su día comenzó mejor de lo que esperaba.

Las horas pasaron con tranquilidad mientras trabajaba y sin siquiera notarlo ya era momento de irse para recoger a su hija al colegio. Un cambio en su rutina que quizás llegaría a extrañar.

- Vengo por Kanzaki Kyoko – anunció nuevamente al primer par de profesoras que vio.

- ¡Pero si es el padre de Kyo-chan! ¿Kanzaki-san?

- Voy a buscarla – anuncio la segunda.

- Hashibira – le corrigió a la maestra que se quedó a su lado.

- ¿Ah?

- Soy Hashibira, no Kanzaki.

- Oh, entiendo... Hashibira-san... - repitió asintiendo con una sonrisa coqueta.

- Seh... eh... ¿Dónde está Kyoko?

- Mi colega fue a buscarla, usted no se preocupe – agitó su mano para restarle importancia – Pero dígame... entonces ¿No es casado?

- No estoy casado – confirmó.

- Entonces está soltero... - dijo ella en una risita. Inosuke, que poco se enteraba de lo que le decían, entendió perfectamente la segunda intención de esa afirmación.

- Estoy con la mamá de mi hija... - aclaró, justo en el momento que llegó la segunda maestra acompañada de Kyoko – Vámonos... - la tomó de la mano para irse.

- Hola papá... - lo saludó con una sonrisa brillante que él respondió - Adiós sensei...

- Adiós Kyo-chan – escuchó a ambas decir al unísono detrás de él.

-•-

Nuevamente se fueron conversando todo el camino de regreso a casa sobre los sucesos del día. Al parecer su hija tuvo clases de deportes y eso siempre la emocionaba mucho. Trataba de prestarle completa atención a la conversación, pero una parte de su mente se quedó pensando en esa profesora y su indirecta, tan directa que hasta él lo entendió.

- ¿Ya te cambiaste? – le preguntó luego de unos minutos mientras él se servía un té frío.

- ¡En eso estoy! – gritó desde su habitación, momentos más tarde salió vistiendo un vestido vaporoso. La miro extrañado, pero lo dejo pasar, se veía muy linda, pero definitivamente no era ropa de andar por casa.

Ambos se sentaron en la mesa de centro y le ayudó a sacar todas las cosas de la mochila. Revisó la libretita de notas donde la maestra le comunicaba al apoderado que Kyoko consiguió el segundo lugar en la competencia de relevos, ella estaba muy triste por eso.

- ¿Qué es esto? – preguntó tomando un pequeño aparato que estaba en el fondo de la mochila.

- Mi celular – respondió mordisqueando su lápiz.

- ¿Para que necesitas tú un celular?

- Mamá me lo compró cuando llegamos a esta ciudad, para emergencias – recito como si fuese algo que no debía olvidar.

- Parece muy antiguo.

- Es para niños – respondió con desprecio - No le puedo instalar juegos... solo llamar a los números que tiene ahí – refunfuño apuntando la pagina de llamadas, solo tenía el número de Aoi.

- Que aburrido...

- ¡Escribe tu número! Así podre llamarte.

- ¡Buena idea! – jaló suavemente una de sus mejillas y Kyoko le sonrió en respuesta. Intentó agregarlo como lo hacía en su celular, pero le pedía una clave de acceso - Cuando llegue tu mamá le pido la clave. Terminemos tus deberes.

Simple y complicado || InoAoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora