39.- Montaña, parte 2

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La noche cayó regalándoles un increíble cielo estrellado, por lo que se acostaron sobre una manta a un lado de la fogata para admirarlo. Era una noche mágica y se divertían pidiendo deseos a las estrellas fugaces.

Cuando los primeros mosquitos comenzaron a atacarlos, decidieron que era momento de irse a dormir.

-Tengo mucho frio - Kyoko tiritaba en medio de ambos, luego de un rato de hablar incoherencias, negándose a dormir.

- Cierra tu saco - le dijo rodando los ojos y tapando disimuladamente su propio saco abierto.

- ¡Pero no puedo moverme! - no pudo evitar sonreír, ella había heredado su mal dormir. Se levantó para tomar un montón de ropa, aún caliente por la fogata, y las dejó caer sobre ella de manera desordenada.

- ¿Mejor? - preguntó Aoi que se había acurrucado más hacia ella para darle calor, él al verla hizo lo mismo.

Kyoko asintió dejándose fundir por el calor extra. Pasaron unos minutos de silencio donde ya se escuchaba la suave respiración de Aoi dormida, cuando de pronto sintió que la pequeña lo miraba.

- Mmmm - se quejó la niña tratando de llamar su atención de manera sutil.

- ¿Qué pasa ahora? - gruñó molesto.

- Entró un mosquito - señaló con la nariz al infeliz que perturbaba su sueño. También lo había sentido, pero como no los estaba molestando, pasó de él.

- ¡Duérmete! No nos está haciendo nada...

- ¡No puedo! ¡Me va a picar! - chilló en susurros, frunciéndole el ceño. Intentaba ser silenciosa pero su madre ya había despertado.

- ¡Miiiierda! - se quejó mientras se ponía de pie rápidamente.

- ¡Inosuke!

- ¡Mátalo, papá, mátalo! - gritaba ocultándose con la manta como si su vida corriera peligro. En un rápido movimiento aplastó al mosquito contra su mano.

- Bien, a dormir... - se metió de nuevo en su saco dando la espalda a su hija, que ya lo tenía harto. Poco a poco la pequeña se acurrucó a su lado, sonrió sintiendo la calidez.

De nuevo reinó el silencio, cerró los ojos dando un largo suspiro satisfecho.

- ¿No hay osos por aquí? - preguntó aún oculta entre su saco y la ropa que le tiraron encima.

- No Kyoko - dijo Aoi resignada - duérmete...

- En realid... - no pudo terminar al tener que bloquear con el brazo un zapato que se dirigía directamente a su cabeza - ¡Ay, yaaa!

- Corre mucho viento... - comentó la niña viendo como la carpa se agitaba, insatisfecha con la respuesta que ambos le dieron.

- Duérmete...

Cerró los ojos nuevamente y el cansancio terminó por vencerlos a todos, ni siquiera notó el momento en que se durmió profundamente. Despertó de nuevo en mitad de la noche al escuchar el cierre de la carpa, se incorporó rápidamente en posición de defensa.

- ¿Aoi? - preguntó ladeando la cabeza.

- Oh despertaste... - dijo guardando algunas cosas en su mochila.

- ¿Dónde fuiste? - preguntó frotándose los ojos.

- Jum... al baño...

- Oh, acuéstate que hace frío - volvió a acomodarse al lado de Kyoko que estaba desparrama a su lado.

- Ya voy, ya voy...

-•-

Despertaron muy temprano en la mañana con el calor dentro de la carpa y el sonido de los insectos fuera de esta. Era un día cálido y agradable de principios de primavera.

Simple y complicado || InoAoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora