Simple y complicado || InoAoi

13.- Un café pendiente

La semana pasó con una calma rutinaria. Para cuando llegó el viernes había conseguido un nuevo estudiante y alguien más contrató su servicio de entrenador personal, se sentía orgulloso, incluso su jefe lo había felicitado.

Además, visitó el restaurante varias veces con el único propósito de ver a Aoi mientras compraba, sin mucho éxito. Ella se tomaba muy en serio su trabajo, como todo, y si estaba ocupada solo lo saludaba desde lejos, sabía que no era desinterés, solo no tenía tiempo para él en ese momento. Así que, sin más opciones, cuando llego el sábado le escribió en la mañana por primera vez para invitarla a ese café que tenían pendiente.

9:23 - Es sábado... salimos?

Aoi

9:37 - Inosuke?

9:37- Quien mas?

Aoi

9:45 - Justo hoy tendré algo de tiempo, pero no puedo hasta tarde

9:46- Bueno

9:46 - Dime donde y a que hora

Aoi

9:58 - A las 5 en esa cafetería

9:59 - *ubicación

9:59 - Desde que llegué aquí quiero visitarla y no había tenido la oportunidad

10:01 - Bien

Aoi

10:08 - Nos vemos entonces

No era mensajes en clave como cuando estaban en el instituto, pero de todas formas se sintió feliz, consiguió su cita.

Llegó justo a tiempo a la cafetería que Aoi eligió, pero ella le avisó que llegaría con un poco de retraso, aunque solo la tuvo que esperar unos minutos.

- Lo siento, se me hizo tarde- se disculpó con una media reverencia, pero no le dio mayor importancia, estaba concentrado mirando lo linda que se veía. Vestía unos jeans ajustados con una blusa blanca holgada, y su peinado era una coleta alta con su clásico broche de mariposa, no lucía como la adolescente que él recordaba.

- Da igual, entremos - dijo luego de tragar con fuerza.

Se sentaron en una mesa para dos en el medio del salón, Aoi ordenó un capuchino vainilla junto a una tarta de chocolate, mientras que él solo un té frío con un roll de canela.

- ¿Peleas aún? - le preguntó Aoi una vez que recibieron el pedido. Alargó ligeramente su mano hacía él y, sin llegar a tocarlo, le indicó el lugar donde tenía un pequeño moretón sobre el pómulo.

- Instructor de defensa personal - respondió apuntándose a sí mismo con orgullo.

- Cierto - tomó un sorbo de su café y asintió pensativa.

- Uno de mis mejores estudiantes logro asestarme un golpe... por primera vez - no admitiría que había estado algo distraído durante esos días.

- Pensé que eras tú el profesor...

- ¡Por eso no es raro que dejen de ser unos inútiles!

- Dudo que seas un buen profesor – le dijo desinteresada, con claros signos de malicia. No era idiota, sabía que lo estaba provocando para burlarse de él.

- ¿HAA? ¡¿Por qué dices eso?! – preguntó indignado, ella lo miró con fingida seriedad.

- Escucho tus gritos Inosuke, desde la cocina... y no trabajamos precisamente al lado. ¿Hay cuanto... 2 locales en medio?