05; cambio radical

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Chenle.

— Rakim y kenwaaaai~ — escuché de repente, haciéndome sobresaltar en la cama y abriendo mis ojos — Shusha, te desperté fkkfkf. —.

Hice una mueca de dolor, ¿qué onda el colchón? Si lo cambié hace poco, no debería dolerme tanto la espalda.

Me senté y ¡PAM! Mi cabeza chocó contra el techo.

Estoy en un camarote queeeeee.

— JAJDJDJSN QUE ERÍ' WETA. — me dijo el mino frente a mí.

— ¿Ki wa? — otro más se asomó por la puerta, cuando me vió se puso a reír — TE PEGASTE???? AJJDNDKD OE QUE ERÍ' AWEONAO. —.

— ¿Qué está pasando acá? — una señora entró de repente — ¡Oigan, ya po'! ¡Corten el webeo y vayan a desayunar! ¡Su hermano los está esperando hace rato! —.

Ambos salieron de la pieza aún riéndose, yo solo atiné a seguir acariciando mi cabeza, porque pucha que me duele.

— ¿Te pegaste muy fuerte? — me preguntó, yo negué con la cabeza — Ya, voy a ir a buscar algo pa' darte, mientras ponte el uniforme, está en el velador. —.

Le asentí medio mareado.

Con cuidado me bajé por la escalera, estaba frío el metal, ayuda :(

Pisé y pfff, la alfombra estaba peor aún, parecía cemento de lo duro que se sentía, ¿eso es pelo de gato? Me mueroooo.

Menos mal que no soy alérgico, estaría muriendo de lo sucio que está.

Me senté en la cama de abajo —que estaba desordenada, para variar— y ahí me vestí, no pienso pisar esa "alfombra".

¿Dónde están mis zapatos? Yo siempre los dejo al lado de mi cama.

Bueno que esta ni es mi cama, ni mi pieza, empezando por ahí.

Tuve que sacrificar mis rodillas por agacharme a mirar bajo la cama, solo había un par de zapatillas... ¿nike?

Y encima con caña, que manera de querer cagarse de calor oyee.

Bueno, tendré que ponerme esto nomás, nada que hacer.

¿Porqué son tan grandes? No creo que me queden buenas... ME QUEDAN BIEN COMO????

¿En que momento me crecieron los pies?

— Ya, mi amor, te traje un paracetamol y agüita. — la señora volvió a entrar, venía con una cuchara en su mano y en la otra tenía un vaso — Abre la boca. —.

La quedé mirando en silencio, analizando lo que me dijo.

— Ya po', si molí la pastilla y le eché azúcar, desde chico que te doy los remedios así. —.

PERO SI YO NO SÉ QUIEN ES USTED?!?!?!

Al final abrí la boca nomás, que bueno que no es amarga la pastilla, igual con el azúcar sabe rico.

Mi mamá nunca me dió los remedios, aunque yo tengo buenas defensas así que tampoco me resfrío mucho.

— Anda a lavarte la cara mientras que te preparo un pancito. — me dijo mientras tomaba el vaso y la cuchara — ¿Le echo queso o solo mantequilla? —.

— Mmmh, ¿no hay jamón de pavo? —.

— ¿Jamón de pavo? Txiuuu, no me alcanza para comprar eso, mi amor. — me besó el pelo.

Ay, me dió una sensación rara pero bonita, no estoy acostumbrado a este tipo de cosas porque en mi casa andan casi siempre amargados.

La Bertita siempre me da un beso en la mejilla y un abrazo antes de irme, pero parece que no está aquí.

dale tu corte // chenji. 🇨🇱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora