06; somos nosotros

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— ¿Jisung? —.

— Chenle... —.

Se quedaron mirando unos segundos antes de darse un fuerte abrazo.

— No entiendo que está pasando, y me duele la cabeza porque me pegué en el techo cuando desperté. — soltó, con la cara apoyada en el cuello ajeno.

— Siempre me pasa la misma weá, perdón pero no sabía que esto iba a pasar, o te habría avisao' sobre mi camarote. —.

— Obvio que no sabías, no te disculpes. — se quedó unos segundos más en ese lugar — Estás calentito. —.

— Sí, tu papá prendió el calefactor del auto. — afianzó su agarré en la cintura ajena — ¿No te echaste perfume? —.

Chenle se alejó rápidamente.

— ¿Huelo mal? —.

— No, no, si no e' eso, es que yo me echo harto perfume y como no sentí el olor... —.

Miró su mochila en la silla de Chenle, la tomó y de ahí sacó una botella pequeña.

Con cuidado roció un poco en el cuello ajeno y de ahí de acercó para oler más de cerca.

— Mmmh~ ahí sí po', rico, rico. — soltó con gusto y una mueca de felicidad.

Chenle se sonrojó por la cercanía e intentó soltarse de las manos de su amigo.

— J-Jisung, ya suéltame. —.

— No, te extrañé. —.

— Pero si nos vimos ayer... —.

— Me importa un pico, no te voy a soltar. — lo abrazó con fuerza.

Chenle no pudo hacer nada más que pasar sus brazos por el cuello del otro para esconderse ahí, si alguno de sus compañeros se daba cuenta, lo molestarían.

Aunque no entendía como es que nadie les prestaba atención, ¿será porque están sentados en el final de la sala?

Probablemente.

— Ahmm, ¿qué decía tu galleta? — Chenle pregunta, mientras se sentaban en una banca desocupada

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— Ahmm, ¿qué decía tu galleta? — Chenle pregunta, mientras se sentaban en una banca desocupada.

Prefirieron esperar hasta el recreo para conversar sobre... lo que sea que estuviera pasando.

— Guardé el papel en la carcasa de mi celu... —.

Ambos se quedaron mirando unos segundos en absoluto silencio, hasta que Chenle reaccionó.

“Si está en el celular de Jisung, significa que está en su pantalón, y es el pantalón que estoy usando yo porque, por alguna razón, estoy en su cuerpo y él en el mío” pensó.

— Toma. — le entregó el aparato con la funda de Mickey Mouse.

El más alto sacó la carcasa con cuidado, ahí vió el pequeño papel y lo sacó para leerlo en voz alta.

“Desde mañana verás la vida con otros ojos, pero cuidado con la ambición” — miró a su compañero — Yo pensé que me iba a ganar el Lotto o algo, igual con ese premio me compro diez autos iguales al de tu papá. —.

— No tengo idea cuanto vale, no sé, lo encuentro muy grande, y no soporto escuchar a mis hermanos discutir por cual es el mejor modelo, cuando yo siempre he querido salir en bicicleta. —.

— ¿Mi suegra no te deja o cómo? —.

Tuvo que respirar profundamente para evitar ponerse nervioso ante el apodo a su madre, aunque eso no pudo evitar el evidente sonrojo.

— Piensa que es peligroso, y que me puede pasar algo. —.

— Shaaa, allá en la villa con los cabros salimos casi siempre y en la noche es terrible bacán, ponemos botellas de plástico en la ruea' de atrá' pa' que suenen como moto. — contó con felicidad.

— Oooh que macanudo, yo nunca salgo y menos de noche, me gustaría hacer eso un día. —.

— Cuando querai' te invito po', wachito. — le guiñó un ojo, provocando un sonrojo más fuerte, pero una sonrisa bien bonita también — Oye y, ¿qué decía tu galleta, entonce'? —.

— Oh verdad, ¿dónde lo guardé? — se tanteó los pantalones, hasta que volvió a notarlo — Ah, están en esos pantalones. —.

Jisung metió las manos en los bolsillos, encontrándose con la bolsita de la galleta y el papel dentro de ella.

Se la entregó para que pudiera leerla.

“Saldrás de donde siempre has estado, y ganarás experiencias de ello” — leyó en voz alta — No sé porqué pensé que sería como un viaje o algo así, mis papás siempre nos llevan a otros países. —.

— Ooh que bacán, me gustaría viajar un día. —.

— ¿Nunca has salido de Chile? —.

— No hay money pa' eso, ni siquiera salgo de mi comuna, e' un milagro que pudieramos estudiar acá. —.

— Que bueno que se ganaron esa beca, o si no nunca te hubiera conocido... —.

Jisung volteó a verlo con ojos brillantes, llenos de ilusión.

— Oye, Lele, tu a mí me gust-... —.

— ¡Chenle! — ambos giraron la cabeza — Por fin te encuentro, oye, te vine a preguntar sobre tu prueba, ¿cómo te fué? —.

Era Mark, quién miraba atentamente a Jisung con una sonrisa.

— ¿Qué prueba? — el menor preguntó.

Mark frunció el ceño y Chenle se alteró.

— La de literatura po'... aweonao'. — Chenle le dijo, un poco inseguro sobre su insulto.

— Esa misma, como no te ayudé a estudiar me preocupé un poquito. — Mark vuelve a hablar.

— Aaaah, sí, sí, me fué bien. — contestó a secas.

— Que bueno, ya, me voy porque Yeri quería hablar conmigo, nos vemos. — hizo un gesto con la mano hacia ambos y se fué, justo por donde vino.

Chenle suspiró de alivio.

— No sé como le vamos a hacer, pero tienes que actuar como yo cuando estés con mi familia. —.

— ¿Ah? ¿Y porqué? —.

— ¿Cómo que "porqué"? Estás literalmente en mi cuerpo y yo en el tuyo. — habló en voz baja — O si no van a pensar que... no sé, que estoy poniéndome rebelde o algo parecido. —.

— Ya pero, ¿y tú? También tení' que actuar como yo po'. —.

— No creo que sea tan difícil... —.

— Y si con cuea' dijiste "aweonao" y te salió chistoso NSNDMDKSK. —.

— Yaaa, no te rías. — hizo un puchero y corrió su cara, para que no lo mirara.

— No se enoje, mi rey. —.

Lo tomó de la cintura y lo atrajo hacia él para abrazarlo.

— Es raro hacer esto porque me veo a mí y no a tí. — Chenle le dijo, volviendo a esconderse en su cuello.

— También me parece raro abrazarme a mí mismo, pero no importa, sé que erí' tú, y me gusta estar cerca tuyo. — apretó el agarre.

Sería mentira si Chenle dijera que no le pasaban cosas con su amigo, ahora mismo estaba sonrojado, pero esa no era su preocupación en este momento.

¿Cómo le harán para salir de este problema?

dale tu corte // chenji. 🇨🇱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora