"nunca entenderás la forma en la que vivo, a menos de que te toque pasar por lo mismo"
"o donde el amor y la amistad rompe las barreras de la clase social"
[❤️]; chilensis.
[❤️]; no se intenta criticar ni ofender a ningún estatus social.
[❤️]; hay...
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Mark venía recién llegando a la casa de los Kim, después de haber estado toda la tarde con su madre y con sus hermanos —a excepción de RenJun, quién decidió no ir y eso lo dejó bastante preocupado—, salieron a comer al KFC y compartieron un lindo momento familiar luego de dos tristes semanas separados.
Taeyeon aún no había sacado copia de llaves para que el menor entrara por temas de tiempo, por lo tanto, Mark no podía entrar.
— ¿Habrán salido? — se preguntó a sí mismo.
Sacó su celular y revisó WhatsApp, se dió cuenta de que Donghyuck le había mandado un mensaje para avisarle que estaba con su mamá en el banco y que no sabía a que hora volverían.
Mark le contestó con: "no te preocupes, amor, puedo esperar aquí afuera"
Hacía un frío terrible pero no tenía a donde ir, así que se acomodó como pudo.
En eso, Yuta apareció.
— Bueeena po', wachito lindo, ¿cómo estai'? — le preguntó con una gran sonrisa.
Mark no entendía con podía estar tan contento con ese clima.
— Con frío, ¿y tú? —.
— También, oye, ¿no estará el Jeno, de casualidad? —.
— No hay nadie. —.
— ¿Legal? Chucha, no me avisó mi amorcito. — sacó el celular.
Mark supuso que lo llamaría, frunció el ceño cuando escuchó el apodo tan... cariñoso.
— Hola, mi vida, ¿en dónde andai'? — habló de repente con el celular en su oreja — Aaah ya, ¿y cuando vuelves? Tenía pensado invitarte a tomar once. —.
A Mark aún le parecía rara esa relación, pero tal vez podía ser porque él era demasiado inocente con cualquier tema de sexualidad. Seguramente lo de "amigos con ventaja" era bastante más normal de lo que él creía.
— Bueno, bebecito, vendré por tí más tarde entonces, cuídese. — le tiró un beso por el micrófono y colgó — Anda en la cancha con el Jisung, vuelven como en una hora, más o menos. —.
— ¿Y... le dijiste que estoy aquí? —.
— No, pero no va a hacer falta. — se acercó y le estiró la mano — Ven, vamos. —.
— ¿A donde? —.
— A mi casa, no te puedo dejar cagándote de frío acá afuera. —.
Mark asintió no muy convencido, no lo conocía de nada pero era mucho mejor que estar ahí y resfriarse.
Caminaron hasta llegar a la esquina, en donde Yuta vivía, el mayor abrió la reja y lo dejó pasar.
