"nunca entenderás la forma en la que vivo, a menos de que te toque pasar por lo mismo"
"o donde el amor y la amistad rompe las barreras de la clase social"
[❤️]; chilensis.
[❤️]; no se intenta criticar ni ofender a ningún estatus social.
[❤️]; hay...
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El día domingo había llegado, el sol brillaba fuertemente por la ventana y eso despertó a Chenle. Se pasó las manos por la cara y se sentó con rapidez, golpeando su cabeza con el techo.
— Au... — se quejó en voz baja.
Ahí es cuando abrió los ojos y se dió cuenta, estaba en el cuerpo de Jisung.
Otra vez.
— Esto tiene que ser una broma. — se quejó.
— ¿De nuevo te pegaste en el mate? — la voz de Donghyuck lo sobresaltó.
No podía verlo así que supuso que estaba acostado en su cama probablemente muy cómodo.
— Sí... — contestó con un puchero.
— Hace rato que no te pasaba. — se rió — Le voy a mandar un wasap al Jeno pa' que te traiga algo, acuéstate mejor. —.
Chenle acomodó su cabeza sobre la almohada con mucho cuidado y suspiró.
A este punto creía que no había forma de revertir el "hechizo", era tan estúpido porque, ¿cómo es posible que, aún sin saber cómo revertirlo, pudieron regresar a sus cuerpos en dos ocasiones?
¿A caso tendría que manifestarse en el Cerro San Cristobal con la cabeza rapada? ¿Tenía que orarle a Diosito?
Porque hasta le tiró una moneda a una fuente para pedir un deseo... tres veces.
Nada funcionó.
Pegó un saltito en su lugar cuando escuchó la puerta abrirse, Jeno venía entrando con vaso con agua y una pastilla, se le acercó y los recibió con cuidado.
— Tienes que tener más cuidado pa' la otra po', Nanito, o vai' a terminar sin neuronas como yo. —.
— Eso es culpa de la marihuana, mentiroso. — Donghyuck le contestó desde su lugar.
— Cállate, chupa pico. — le contestó el otro.
Chenle quiso reír pero se aguantó para no ahogarse con el agua.
— Gracias, Jeno. —.
— ¿Cómo que "Jeno"? Yo soy tu nano, tení' que ser más cariñoso conmigo, cabro chico, o si no me voy a enojar. —.
— Nooo, no te enojes. — se estiró para chasconearlo — Perdóname. —.
— Si te perdono oh', erí' la wawa de la casa, no puedo enojarme contigo. —.
Jeno le acarició el rostro antes de dar media vuelta e irse de la habitación.
Se volvió a recostar, dispuesto a dormir un rato más, pero el sonido del celular lo hizo abrir los ojos con rapidez. Había recibido un mensaje de Jisung así que entró al chat en ese mismo instante.
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