Sin darme tiempo de responder, le hace un gesto a su vecino y las llantas derrapan sobre el asfalto, llevando a la SUV en dirección a las gemelas.
¿Entonces imagino cosas?
El escaparate azul y blanco de la Luxury Homes Company acaba de ser limpiada a profundidad cuando entro. Ellen, la secretaria, me reconoce inmediatamente y llama a mi padre para anunciar mi llegada. Después de intercambiar algunas cortesías, llego al primer piso y entro al territorio de Craig Sawyer. Su mundo.
—Oliva verde, ¿qué te trae por aquí? Se sorprende mientras me da un beso antes de dirigirse al refrigerador para sacar un jugo de frutas. ¿Piña? ¿Fresa? ¿Tupinambo?
Río, como cuando tenía 4 años y me hacía esa broma. Su olor a almizcle blanco y tabaco mentolado me apacigua, como siempre.
—Coliflor, respondo sentándome en su silla de director general.
—Algún día, te tocará a ti disfrutar de esa vista, dice observando la calle más bella de la ciudad a través del ventanal. –Le sonrío, un poco distraída, él llega hasta mí, se sienta en la orilla de su escritorio y me da el jugo de fresa.
—¿Todo bien? Me pregunta dulcemente.
—La convivencia se ha vuelto un poco difícil…
—Ya se acostumbrarán. Dos cabezas calientes como las suyas no pueden más que provocar chispas. Pero no dudes en pagarle con la misma moneda…
El discurso de mi padre me hace reír. Craig debería probablemente aconsejarme ignorar las provocaciones de mi hermanastro, esperar a que pase, pero no, me recomienda sacar las garras, no dejarme. Y solo por eso lo amo mucho más.
—Hey, Liv querida.
—¿Sí?
—Aquí estoy… Háblame si necesitas lo que sea.—Un trabajo…, murmuro observando un cuadro de plata en la pared.
—¿Perdón?—Necesito un trabajo. De verano…
—Creí que te negabas a «trabajar para papá», dice imitando mi voz al parecer irritante.—Por favor dime que eres muy malo para imitarme.
—Sí. No podría ser peor.—OK -río.
—Así que, ¿un trabajo?
—Sí. De lo que sea. Algo que me mantenga ocupada. Que me dé algo de dinero. Y que me enseñe cosas que pueda usar más tarde.—¡Aleluya, mi hija tuvo una revelación! Para tener una carrera exitosa en bienes raíces, hay que dar sus primeros pasos en… ¡una inmobiliaria!
—Sí, bueno, ya entendí, -murmuro. —¿Tienes algo para mí?
—Llevo un mes guardándote el puesto, -dice abrazándome. —¡Practicante en jefe!
—¿En qué consiste eso exactamente?
—¡Calma tu impaciencia, Oliva verde! ¡Lo averiguarás el lunes!
Y el gran tonto de mi padre comienza a bailar tango solo de un lado al otro de su oficina, por lo feliz que está de que su hija tome el mismo camino que él. Un camino que él se abrió solo, sin la ayuda de nadie, empezando desde cero. Un camino que me hace inmensamente orgullosa de ser su Oliva verde.
***
—¿Diga? ¿Diga? ¿Qué es este aparato infernal ¡Sabía que tenía que resistirme a ese vendedor con ojos tristes! Pero quería que le comprara su cosa… Maldita sociedad consumista…
—¿Betty-Sue? -Río al reconocer su voz… y su forma «colorida» de expresarse.
—¿Diga? ¿Liv?
—¿Abuela?
—¡Ah no! ¡Voy a colgar si me llamas así!
—¡Betty-Sue, ya no tienes 20 años, hazte a la idea! -Río.—¡Todo es mental! ¡Tengo 20 años si quiero tener 20 años! ¿Hola?
—Sí, sigo aquí. ¿Me escuchas?
—¿Hola? ¡Maldita pantalla táctil! ¡Fue inventada por el diablo!
—Betty-Sue, ¡pon el altavoz!
—¿El qué?—¡Está escrito en la pantalla de tu iPhone!Algunos segundos y ruidos más tarde, mi abuela por fin logró domar su celular.
—¿Cuándo te voy a ver, pequeña?
—¡Cuándo quieras! ¡Ven a la casa!
—¿Para aguantar a la fanfarrona esa? ¡Paso!—Sienna casi nunca está aquí durante el día, está en su hotel.
—¡Pero tiene espías!—No, esas son las niñeras de Harrison, río.
—Es lo mismo. ¡Debe haber instalado cámaras en todas partes!
—Bueno, entonces yo iré a verte.
—¿Mañana? ¡Tengo que verte antes de tu cumpleaños! Después tendrás 18 años y ya no serás la misma.—Betty-Sue, solo tendremos dos años de diferencia, –murmuro, enternecida por sus palabras.
—Es cierto, –dice con una voz conmovida. —Estás creciendo demasiado rápido, mi pequeña…
—Sigo siendo la misma.
—Creo que vas a vivir muchas cosas nuevas este año…—¿Fuiste a que te leyeran las cartas otra vez?
—Sí, –confirma con una sonrisa en la voz. —Y créeme, ¡este año será como ningún otro!Extrañamente, no sé si eso es algo bueno o malo…
ESTÁS LEYENDO
Juegos Prohibidos
Teen FictionA los 15 años conocí a mi peor enemigo. Sólo que Tristan era también el hijo de la nueva esposa de mi padre. Y eso nos obligaba a vivir en la misma familia, aunque no tuviésemos ningún vinculo de sangre. Entre nosotros, la guerra estaba declarada. Y...