Observo a mi alrededor al montón de plantas, hay macetas, jardines, esculturas de hojas y troncos y entre otras cosas que acomodadas por barras. En la esquina de cada demostración se encuentra un cartelito laminado de vidrio en el que se explica el significado, el creador y a base de que plantas está hecho.
Delante de todo en el escenario donde están los jueces sentados examinando ya sus propios resultados para decidir los lugares, esta una mesa con tres trofeos diferentes. El del medio es el más grande, "el primer lugar". El lugar que Coralina quiere para su escultura, el que se merece.
Fijo los ojos en las distintas demostraciones, entre los arbustos recortados como pequeñas casas para gnomos, hasta las rosas crecidas conformando una corona de fantasía y la enorme palmera trenzada con un hilillo de planta, con el cual se definen unas olas.
Mi favorito de todos los enemigos es el del ave, una gran gaviota con las diferentes interpretaciones hawaianas. La artista debe ser americana. En cada ala de su gaviota hay una mujer bailando, una flor, una máscara, el shaka y otras más.
Empiezo a ver a todos de pies a cabeza quitándome el cigarrillo de la boca para expulsar el humo. Enarco una ceja bajando las gafas rectangulares de sol y contemplo al que acaba de llegar. Un niño de unos ocho años muestra su escultura a base de lianas, un cangrejo flotando sobre una roca.
Sin embargo, por muy impresionantes que sean todos, el de Coralina sigue siendo el mejor. Ella ha trabajado muchísimo por hacerlo, se ha esforzado, investigado y gastado dinero para mantener la escultura durante todo este año.
Ella ha hecho el rostro de alguien con las plantas favoritas de su musa. Recuerdo haber estado en el momento que se puso a sembrar cada semilla. La ayudaba a regar cuando dejo de llover, y tuvimos que instalar unas maquinarias de calor por la falta de sol durante el invierno.
Cuidó de ese trabajo como si dependiera de su vida entera. Hasta tomo cursos intensos de jardinería para que ninguna hoja muriera durante los meses de preparación. Nunca permitía que nadie se acercara y si ella no gana, me tiene a mí.
Devuelvo el cigarrillo a mis labios haciendo una mueca y me recoloco las gafas negras para evitar ver a toda esta gente. Cierro los ojos por un momento escuchando la música que resuena en mis oídos gracias a los airpods.
Maybe we'll walk away
Maybe we'll realize
We're only human
Maybe we don't need no reason why
Carraspeo dejando la colilla del cigarrillo en la primera papelera que encuentro y en vez de encender uno nuevo, decido rebuscar el electrónico. Lo enciendo y absorbe un poco, el sabor a sandia se expande en mi boca y doy un brinco al verlo parado frente a mí.
Coralina sonríe de lado balanceándose sobre sus puntas, a su lado esta Ferry señalando cada escultura y delante de estos esta Ball quien parece estar distraído viendo a su móvil. Por suerte, ninguno se da cuenta de que estoy aquí...o bueno, ya me vieron.
Intento buscar el modo de cubrirme las heridas que llevo en la cara, pero es demasiado tarde. Tengo un par de parches en la mandíbula y llevo una camiseta de manga larga y cuello alto de transparencias arcoíris. Sin embargo, mi abdomen va descubierto mostrando el piercing.
No tardan en aproximarse, absorbo otro poco del cigarrillo antes de apagarlo y guardarlo metiéndome una menta a la boca. Expulso el humo por la nariz y me cruzo de brazos esperando una explicación de Coralina.
—Pues...tu mamá dijo que los invitara —se pica la mejilla, nerviosa —. No sé cómo consiguió sus números, pero me dijo que no te dijera porque si te decía ibas a decir que no, y prefiero no recibir riñas de tu madre, mira que mi abuelo no sabe de este concurso y si se entera vas a dejar de verme y si dejas de verme vas a intentar hacer alguna locura y se supone que yo debo evitar que hagas locuras...
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THE WHALE BOY
Novela JuvenilElaine De Ferreiro, la prometedora hija del mejor diseñador de Europa, se ha vuelto una burla para todo ciudadano, incluyéndose ella misma, incapaz de ir al océano y dejar esa fosa donde el alcohol, las fiestas y los recuerdos la llenan del mismo ar...