Aprender a vivir sin vos

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Omnisciente

Cuando desconoces tu destino, cualquier sendero parece válido. Los cruces de caminos generan temor, así como el acto de emprender un viaje o regresar. Las incertidumbres, tanto en preguntas como respuestas, suscitan inquietud. En ocasiones, es sabio dejarse llevar, soltar las cargas y permitir que algunas cosas se desvanezcan. Nos desenvolvemos como si la realidad fuese inmutable, olvidando la necesidad de preservar los obsequios que nos brinda la vida. Desperdiciamos talentos como si fueran inagotables y descuidamos los instantes.

Siguiendo las palabras de Albert Einstein: "La vida es como andar en bicicleta, para mantener el equilibrio, debes seguir adelante". A veces, es crucial avanzar sin miedo al desconocido para descubrir nuevas dimensiones de nosotros mismos. Como Coelho nos recuerda, dejarnos llevar por nuestros sueños y mantener la llama de la esperanza nos permite vivir plenamente.

Mila

Después de que Kila y Juan dejaran el lugar, hubo un silencio incómodo. Ni Leysi, que es la que más habla, sabía qué decir.

— Esperen —Leysi rompe el silencio— ¿cómo tienes un hijo y yo no lo sabía?

Por lo que veo, Leysi ahora se dio cuenta, pero no la juzgo. Todo esto es difícil de entender.

— ¡¿Cómo lo escondiste?! —continúa— ¿por qué tenía que ser de Lucas? ¡¿Sos ciega?! Como te fijaste en el novio de tu amiga.

— Más ciega serías tú, princesa —interrumpe Víctor— que vives con ella y ni sabías de la llegada del pequeño.

— Sos un idiota...

— Quiero estar sola con ella —pido. Sé que con todos ellos aquí, no se solucionaría nada.

— Es mi hermana, yo soy la que debe hablar...

Le hago una señal a Víctor, la cual entiende. La carga sobre sus hombros sin que ella pueda reaccionar y la lleva donde antes estaban.

— Nosotros iremos con ellos —dice Marcela para luego marcharse con las niñas.

Me acerco al pequeño, quien estaba muy asustado.

— Tranquilo, campeón, no pasa nada —le acaricio el poco cabello que tiene. Él sonríe, aprovecho y me acerco a Ludmila.

— Ahora sí, me has dejado con los pelos de punta.

— L-lo...

— No tienes que hacerlo —interrumpo. Levanto su cabeza y limpio sus lágrimas— no sé qué pasó, ni sé la historia que tuviste con ese Lucas, pero lo que sí sé es que algún día, tanto a mí como a ellos, se lo vas a explicar. Es una bomba lo que nos enteramos y es lógico que ella se pusiera loquita, pero ella algún día te perdonará, la pregunta es ¿tú te perdonarás por lo que hiciste?

— So… soy una idiota —llora— nunca debí hacerlo y… yo no sé qué me pasó —cubre su cara con las manos— solo quiero volver el tiempo atrás.

Veo al niño que está jugando con sus manitas.

— ¿Quieres que él desaparezca?

Ella dirige su mirada al niño — No puedo matar algo que me mantiene con vida, pero ahora, por él y por él —señalan la foto de Lucas— volví a estar sola. Era mi mejor amiga, Mila, ¿cómo pude hacerle eso? ¿Cómo pude? Quisiera volver el tiempo atrás. ¿Cómo veo a mi hermana? ¿Cómo veo a estos chicos? ¿Sabes qué es lo peor de todo esto?
—no respondo —que quiero que vuelva, que todavía lo amo, que estoy consciente de que lo que estaba haciendo no era lo correcto y aun así lo disfruté. —la miro, asombrada —me Sentía feliz al estar con él, al estar con Tobías, me sentía completa. Es cierto que tenía mucho miedo, pero el solo verlo a los dos. Ver a Tobías decirle papá y esperar con ansias su regreso. El trato que me daba Lucas, como alguien crecía dentro de mí. —

¿ Todo tiene fin ?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora