Promesas

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Omnisciente

Nos comprometemos a ser mejores, evitando fallos y mentiras, prometiendo un amor eterno. A menudo, estas promesas pasan por alto las incertidumbres futuras, y nos aferramos a la creencia de su perdurabilidad, pero las promesas rotas nos afectan profundamente. ¿Y qué decir de las olvidadas? La vida desafía nuestras promesas, intentamos anticiparnos, pero prometer es desafiar al tiempo. En este proceso, ¿por qué relegamos lo esencial al olvido y recordamos lo doloroso? ¿Dónde están esas promesas? Y en toda esta reflexión, ¿soy parte del olvido o del que olvida?

Mila

—Les dije que pensaran de otra forma, que no todo es lo que parece —trata de tranquilizarnos Jennifer.

—¿En serio todo eso pasará? —escucho murmurar a Leysi.

—¿Cuándo pasará? —veo a Víctor—. ¿Por qué llevabas un arma? ¿Desde cuándo usas eso? ¡¿Estás loco?! Le diré a mamá.

—¿Te das cuenta de la estupidez que dices? —dice arqueando una ceja.

—¿Tobías, lograste descifrar algo? —pregunta Jennifer mientras él asiente y le entrega una hoja— Presten atención —informa. —Las hojas que obtuvo de Víctor —comienza a leer— tienen una similitud con la escritura actual de ustedes mismos. La carta que recibió de parte de Kila y su mamá están escrita por su papá. Sin embargo, la hoja que sacó del bolsillo de su papá, no coinciden con la foto que trajo Leysi.

—¿Qué significa eso? —pregunta Leysi.

—Bueno, sinceramente no entiendo esto —aparto la mirada de la hoja—. Dice que lo escribió mi nana, pero la sangre no es de ella. —nos mira, tratando de explicarse—. Además—vuelve a leer la hoja que tiene en las manos—. También dice que la mía la escribí yo.

—No tiene sentido —añade Juan—. ¿Cómo puede saber eso?

—Tobías tiene la capacidad de analizar y comprender la letra de alguien solo viendo cómo escribe, y al mirar a la persona, podría deducir quién es por su escritura única. —explica Ludmila.

—Entonces, si el culpable está entre nosotros... —Leysi nos observa—, Tobías ya podría haberlo descifrado.

Noto cómo todos miran a mi hermano con algo de temor y desconfianza, y lo peor es que él ya lo sabe.

—¿En serio? ¿Todos me estarán mirando así? ¿Todos creen que soy capaz? —nadie responde—. ¡No voy a matar a nadie, ni mucho menos lo hice! —grita con enojo.

—¿Entonces por qué estás tan alterado? —pregunta Ludmila, haciéndome sorprender. Puede que mi hermano se haya comportado de una forma extraña, pero él no sería capaz de hacer todo esto.

—No puedo creerlo —se nota frustrado, como si buscara la aprobación de alguno de nosotros—. ¿Quieren que me vaya?
—Quiero hablar y decirle que no, pero no tengo la suficiente valentía—si es lo que quieren, lo haré.

Él camina hacia la puerta cuando, de repente, todo a nuestro alrededor se sume en la oscuridad.

Desconcertada, enciende la luz de mi celular —¿Qué pasó?—pregunto con nerviosismo. En ese momento, observo a Víctor extraño.

—Falta Leysi —murmura Víctor con preocupación. Todos comenzamos a buscarla con la mirada. Sin embargo, la inquietud crece al no encontrarla—. ¿Dónde mierda está Leysi? —exclama.

Me sorprende verlo tan preocupado. Busco a Ludmila, quien debe estar también preocupada, pero para mi sorpresa, la noto tranquila.

A pasos lentos me acerco a ella.
—Tranquila, Lumy, la vamos a encontrar —trato de abrazarla, pero ella retrocede. Quedo atónica.

¿ Todo tiene fin ?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora