Omnisciente
En la inocencia de la niñez, la vida se asemeja a un cuento simple: los malos son feos y encuentran su merecido, los buenos son hermosos y alcanzan la felicidad. Pero la realidad golpea cuando descubrimos que la vida no sigue ese guion infantil. Jugamos con muñecos y sueños de ser adultos perfectos, pero la vida es como dos películas simultáneas, una mostrando el presente y la otra el futuro, donde cada decisión define nuestro destino.
Elegir se vuelve complicado, pues nuestras decisiones determinan el curso de nuestras vidas. A veces, anhelamos que otros decidan por nosotros, pero la verdadera lucha entre el bien y el mal se libra en nuestro interior. La diferencia entre buenos y malos es más compleja que la apariencia o un final feliz; es una batalla diaria dentro de nosotros.
A medida que crecemos, el juego se vuelve más serio, y nos preguntamos cuándo llegará ese final feliz que anhelábamos de niños. El yo de la infancia representa pureza perdida: la inocencia, la valentía, los sueños y las esperanzas de algo mejor. Sin embargo, no podemos regresar a ese niño, y la única opción es aceptar quiénes somos ahora.
Kila
Todos nos preparamos para salir, camino a la puerta, noto que Juan intenta abrir la puerta, pero no puede.
— No irán a ningún lado por impulso, relájense y hagámoslo mañana —ordena Lulu.
—¡¿Estás loca?! Pueden matar a Leysi —protesta Juan.
—Si salen así, no solo a Leysi matarán —suspira Lulu—. Chicos, no llegaron hasta aquí para arruinar todo. Lo que van a hacer es peligroso. Deben pensar en todo lo malo que les podría pasar y hacer todo lo que un día no hicieron, porque puede que sea su último día.
Sus palabras me obligaron a detenerme. Observé cómo Víctor tomaba la mano de Mila, intercambiaban miradas, y con un asentimiento de Lulú, desaparecieron ante mis ojos.
—¿A dónde se fueron? —pregunto intrigada.
—Fueron donde debían estar —responde antes de retirarse con las señoras al altillo.
Mila
Estamos en casa, lo que tanto deseaba, aunque sé que no será por mucho tiempo.
—pensé qué no recordaban su hogar —dice mi madre. Sin pensarlo, Víctor y yo la abrazamos—. Esto es extraño, ¿pasó algo?
—No, mamá —responde Víctor—. No ha pasado nada.
Mi madre acaricia mi cabeza, haciéndome sentir tranquila.
—¿Sabes que eres la mejor mamá del mundo? —susurro.
Ella nos aleja y nos mira a los ojos.
—¿Están seguros de que no les pasa algo? —negamos con la cabeza.
—Díganme, ¿dormirán conmigo esta noche? —nos miramos sin saber qué responder.
—Bueno —suspira—, ese silencio me dice que no —comienza a empujarnos hacia la puerta—. Ya déjense de pavadas y váyanse. Sé que ya están grandes y tienen su vida —iba a protestar, pero ella niega—. No tienen que decir nada, solo regresen sanos y salvos, ¿sí?
Asentimos. Ella abre la puerta, nos sonríe por última vez antes de cerrar y dejarnos afuera, aunque no por mucho tiempo, ya que poco a poco nos desvanecemos hasta regresar a la cabaña.
Kila
Estoy en una habitación sola, intentando enviar la nota de voz perfecta a mis padres, pero ninguna me convence.
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¿ Todo tiene fin ?
Mystery / ThrillerCuando buscamos la verdad, lo que en realidad buscamos es su consecuencia. ¿Pero estamos listo para conocer la verdad? ¿Estamos listos para afrontar su consecuencia? La verdad tiene un precio ¿Estamos dispuestos a pagarlo?