¿Todo tiene fin ?

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Prólogo

La euforia, esa capacidad de soportar el dolor, se disfraza de bienestar y optimismo, pero su contracara es la depresión. Marc Klee dijo una vez: "La euforia solo puede continuar por un periodo determinado; con el tiempo, la realidad gana". ¿Es cruel?

En un grupo de personas, cada uno carga sus propias historias: algunas hermosas, otras crueles y sangrientas, algunas interminables, y otras forzadas a tener un final. A pesar de las diferencias, hay elementos comunes en cada relato: egoísmo, lágrimas, rechazos, discriminación, nostalgia, sonrisas fingidas y una sociedad sorda, ciega y cerrada en su mundo.

En cada historia, la búsqueda de la felicidad es evidente, pero muchos se acostumbran a ocultar sus verdaderas narrativas. Lo trágico es que, con el tiempo, olvidan sus sueños, su esencia y su primera historia.

¿Confuso? Empecemos de nuevo.

A los dulces 16, Kila de la Rosa deslumbra con piel clara, cabello negro ondulado, estatura imponente y curvas como una guitarra. Su novio Lucas Hernández, de 18 años, indiecito, con cabello castaño, ojos intensos y complexión fuerte, está a su lado.

Milá Pérez, indiecita de 17 años, y su hermano Víctor, de 20, comparten rasgos: cabello castaño, estatura alta y ojos miel.

Juan Rodrigues, con 19 años, piel blanca, cabello rubio y ojos azules.

Las mellizas Ludmila y Leysi Castillo, de 17 años, tienen piel pálida, pecas encantadoras y ojos marrones claros, cada una con su estilo único.

Esta es la historia de un grupo de chicos, cada uno con su mundo, metas y sueños. Se creen protagonistas únicos, diferentes, pero al final, todos buscan lo mismo: ser felices.

¿ Todo tiene fin ?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora