Solo es confiar

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Omnisciente

Es difícil depositar confianza después de haber sido herido. ¿Confío en ti? Es una pregunta compleja, ya que la confianza es un proceso que se construye con el tiempo y las acciones. A menudo nos preguntamos si las personas a las que entregamos nuestra confianza realmente no nos harán daño. La confianza se gana con innumerables actos, pero también puede perderse con un solo error. ¿Cómo confiar cuando ya se ha sido herido repetidamente?

Mila

—Melli, ahí tienes tu vergüenza —gritó la chica antes de salir corriendo.

Pensé que Juan y yo éramos los únicos sorprendidos, pero al observar a todos, noto que estaban igual que nosotros.

—Buenos chicos, continuemos con la clase —comunicó la maestra, controlando los murmureos que empezaron a escucharse.

—Oye —llamó mi atención Juan —, ¿por qué no vas con ella? —me susurró.

—¡¿Estás loco?! —grité susurrado—¡¿No viste cómo reaccionó su hermana solo por tratar de ayudarla?!

Busco con la mirada a la chica que se asemeja a ella y al encontrarla, noto que está molesta. La otra chica, quien nos molestó, parece más preocupada que otra cosa. Me intriga por qué no van tras ella, considerando que se supone que son hermanas o amigas. La verdad, no estoy seguro de qué relación tienen las tres.

—Princesa —insiste.

—¿Por qué mejor no vas? Por lo visto, ella piensa igual que vos —solté con algo de molestia.

No es que no quiera ir, pero tengo miedo de que me rechace o considere que solo voy por curiosa. Me pareció valiente su reacción y que nos apoyara sin ni siquiera conocernos, pero el hecho de que Juan insista tanto en que vaya también me da molestia. Me pregunto por qué le preocupa esa chica.

—Porque sería extraño, además no te hará mal tener una amiga.—sigue insitiendo

—¿Me ves cara de necesidad?—Me observa por un momento.

—Pues sí —lo fulmino con la mirada.

—Mejor atiende a la clase —advierto.

Trato de prestar atención, pero solo siento la mirada penetrante de Juan, lo que me hace sentir incómoda.

—Está bien —mascullo, lo que hace que él sonría.

Ludmila

Me siento avergonzada por lo que hice; aunque es cierto, siento que no fue la forma adecuada. Lo que más me preocupa es lo que Leysi pueda estar pensando. No sé cómo abordar la situación ni cómo regresar al aula.

—¿Qué estarán pensando las personas? ¡¿Qué estarán pensando los nuevos?! —con mis manos cubrí mi rostro avergonzado— No puedo ser tan tonta, ¡¿ahora qué hago?!

—Solo debes volver con la misma valentía con la que te fuiste y dejaste a todos boca abierta.

Me giro exaltada al notar que es la chica que antes me ayudó a levantarme. Rápidamente me incorporo y limpio algunas lágrimas que escaparon.

—¿Q... qué haces aquí?

—Pues... —observa a su alrededor—. ¿Es el baño, no?

Asiento avergonzada por mi tonta pregunta.

—Lo cierto es que vine a agradecerte, —dice con una sonrisa

—¿Por? —interrogo sin entender—yo a vos no te defendí —admito.

—Ahí volvió ella —suelta en un suspiro.

— ¿Quién? —cuestiono mirando a todos lados.

—¿Cómo quién? —sorprendida— vos, ¿no lo notas? —no respondo—nada, es como que tenés dos personalidades.—bromea

¿ Todo tiene fin ?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora