• . . • . ⋆₊⊹Eggsy no es el único candidato para convertirse en el nuevo Lancelot. Harry tiene a su hija, Anahid Hart: letal, brillante y con una lengua tan afilada como sus cuchillos. ¿El problema? El problema es que, aunque tiene todo lo nec...
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Me había quedado desarmada, suspiré, cansada y esquivé. Los ataques con fuerza que iba recibiendo él era rápido, pero yo, igual, lo malo era que debía cuidarme de dos cuchillos ahora.
Patee con fuerza su mano lanzando un cuchillo lejos de él, pero aún le quedaba otro que fue lanzado hacia mí con rapidez. Me alejé, pero no fui lo suficientemente rápida y se me encajó en el hombro.
Vi cómo se distrajo, al parecer, le hablaba a alguien por un micrófono, pero no pude escuchar, lo que decía. Saqué la daga, causando que brotara sangre como si fuera una fuente.
Sollocé un poco en silencio por el dolor, pero tomé la sudadera que tenía amarrada en la cintura y me la envolví con fuerza.
Me le acerqué dispuesta a seguir peleando, pero me golpeó el hombro lastimado con fuerza llevándome al suelo.
—Quédate ahí —bramó enojado por primera vez. Lo escuché hablar, volvió a distraerse hablando, lo cual aproveché.
Tumbándolo al suelo.
Él se paró con rapidez, enojado, y me tomó por un brazo y me lanzó al suelo. Tosí por la falta de oxígeno y me quedé unos segundos en el suelo. Un tanto mareada me levanté, pero él ya no estaba allí.
Me giré en busca de los chicos y todos estaban ocupados peleando, me levanté cojeando y con el brazo lastimado busqué la daga que él había dejado la tome y primero fui con Eggsy tomando desprevenido a su oponente y clavándosela en la espalda.
El soldado calló, dando un sonido sordo. Eggsy me vio confundido, pero su rostro reflejó preocupación al verme en ese estado. Traté de acercárseme a revisar mi estado, pero lo detuve obligándolo a ir a ayudar a los demás.
Él ayudó a los demás en lo que yo buscaba una nueva salida. Encontré una al lado oeste del gran laberinto.
Habíamos sido los primeros en terminar y, según los demás, a cada equipo le tocaban pruebas distintas. Según las anécdotas de los demás, a mi equipo, al de Roxy y al de un chico llamado Cameron, nos había tocado lo peor.
Después de durar horas en la enfermería y que varios médicos tuvieran que atenderme, pude ir a mi dormitorio a dormir. Estaba exhausta y herida, debía entrenar más.
Ese tipo me había dejado en ridículo y ni siquiera lo había vencido sólo estoy viva por que se tuvo que ir al parecer lo llamaron para otra misión .
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—Tienen exactamente una hora para su examen, empezando ahora —dijo Merlin con total tranquilidad.
Empecé mi examen con rapidez; ni habían pasado cinco minutos cuando ya tenía la mitad completada.
—Nuevo objetivo: ochocientos metros. Es increíble, aun estás aquí flotando como una... es fecal que no se va —comentó Charlie, con desprecio hacia Eggsy.
