🪄✩｡:•. ━━ 𝐋𝐄𝐆𝐀𝐂𝐘 ┃ ❝Despierta del sueño. Despierta ahora, que hoy, nadie ha muerto. Pero mañana... mañana, tal vez, alguien lo haga.❞
Un oscuro pasado sobre el mundo mágico.
Un tipo de magia poderosa, encubierta y arcaica.
Verdades a medias...
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25 de Diciembre, 1975.
Nadie estaba enojado por haber tratado de proteger a Sirius. La Sra. Potter se levantó de su propia cama cuando el Sr. Potter regresó de donde quiera que hubiera estado, y ambos estuvieron de acuerdo en que Dumbledore seguramente llegaría por su propia voluntad, eventualmente y cualquier cosa que quisiera preguntarle a Sirius podía esperar hasta entonces.
Rescataron el resto de la mañana lo mejor que pudieron. El Sr. Potter se ofreció alegremente a aparecer todos los regalos en la habitación de Sirius, pero Sirius no lo quiso.
— ¡Mis piernas funcionan bien! -insistió- ¡Quiero bajar y ver el árbol!
Entonces, todos se levantaron y se vistieron o cambiaron, luego volvieron a reunirse media hora más tarde en la sala de estar. Jean-Rose no pudo evitar mirar el pedazo de alfombra donde había visto caer el cuerpo de Sirius menos de doce horas antes. Tampoco dejaba de frecuentar la terrible imagen de luz roja brillante su cabeza; el dolor fue agudo y alarmante. Tenía que mirar al actual Sirius consciente; envuelto en mantas con otra taza de té en el sofá frente a él, solo para sentirse normal de nuevo.
Los Potter no sólo se encontraban al tanto y deslumbre por Sirius, no era su única preocupación vigente, además de la guerra claro, también estaba Jean-Rose. Su accidente de hacía un año seguía ocupando parte de su preocupación, y contando su nuevo ataque en la noche anterior, nada iba para mejor.
Jean se había convertido en un completo interrogante. Lo de Sirius, sin des validar su gravedad en el asunto con su familia, se tenía muy presente y se sabía a la perfección su situación y el núcleo del problema familiar. Pero con Jean... nada se sabía, nada en lo absoluto. Sus 'pesadillas' ya no eran simplemente eso, ni tampoco sus ataques. Por lo que no importaba cuan normal todo se viera a su alrededor; el Sr. Potter junto a Dumbledore parecían entender más a profundidad todo esto, pero bien difícil se hacía al tratar de saber con tan poca precisión. Ellos estaban conscientes; no podían preguntar de forma directa con Jean, no como a Sirius. Tendría que buscar una forma menos directa y más discreta para tratar de averiguar que estaba sucediendo.
Sin embargo, el desenvolver los regalos todavía se sentía tan alegre y natural como siempre. Todos libres, sin orden, simplemente rasgaron el papel de envolver hasta que quedaron rodeados por él, tiras de escombros de colores brillantes. No importaba lo que alguien obtuviera, solo el recuerdo de haber recibido algo lindo en esa horrible mañana. Los Potter, por supuesto, tenían muchos listos para Sirius, Remus y Jean, y le prometieron a Sirius aún más por venir.
— Te conseguiremos algunas fotos bonitas para alegrar tu habitación. -dijo la Sra. Potter- ¿Qué equipo de quidditch apoyas, cariño? ¿O quizás una de esas estrellas de rock que les gustan a los niños?
