🪄✩｡:•. ━━ 𝐋𝐄𝐆𝐀𝐂𝐘 ┃ ❝Despierta del sueño. Despierta ahora, que hoy, nadie ha muerto. Pero mañana... mañana, tal vez, alguien lo haga.❞
Un oscuro pasado sobre el mundo mágico.
Un tipo de magia poderosa, encubierta y arcaica.
Verdades a medias...
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20 de Diciembre, 1975.
— ¡Literalmente los maldeciré a los dos con un hechizo de bloqueo de labios si planean hacer eso hasta Londres! -dijo Lily, levantando su varita hacia Sirius y Mary. Su expresión inexpresiva era muy difícil de leer y la pareja se desenredó rápidamente. Mary le sacó la lengua con descaro-
Todos gimieron en señal de agradecimiento a Lily, James la observaba sonriente como todo un loco.
El carruaje estaba extremadamente apretado. Remus estaba aplastado contra la ventana junto a James, con Sirius y Mary junto a la puerta. En la fila de asientos opuesta, Lily, Jean y Marlene se apretujaron junto a Peter.
— Solo nos estamos despidiendo. -sonrió Mary, apoyando la cabeza en el hombro de Sirius-
— Son solo dos semanas y pueden escribirse. -Lily respondió, inteligentemente-
— Hormonas... -agregó Marlene en burla, mientras Sirius sacaba su lengua en dirección y chillaba, en consecuencia llenando de baba a Marlene- ¡SIRIUS BLACK, ERES UN PATÁN, QUE ASCO! -todos rieron, excepto Lily y Jean que lo encontraron desagradable-
— La baba de una persona puede durar años en la boca de otra... ahora mismo, debes tener la baba de medio Hogwarts sobre ti. -habló Jean, Mary rodó sus ojos, pues no le gustó escuchar que su novio había pasado por demás bocas-
— Sabes todo. -dijo Peter en dirección a Jean- ¿Por qué lo sabe todo? -preguntó frustrado a los demás, todos rieron-
— Er de hecho, mejor si ninguno de ustedes me escribe. -dijo Sirius, en respuesta a Lily- No es probable que reciba las cartas de todos modos, luego de mi discusión con Regulus, y a menos que quieras que mi querida madre las lea...
— ¿Tienes el espejo? -James dijo, en serio- ¿Todavía puedes ponerte en contacto con nosotros si lo necesitas?
— Sí, por supuesto. -Sirius le sonrió, tranquilizadoramente, palmeando el bolsillo de su chaqueta-
Remus miró por la ventana, presionando su frente contra el vidrio frío. El tren avanzó lentamente hacia Londres. No había sido el mismo desde que Jean le habló sobre su sueño. La luna llena pasó y los merodeadores se negaron a no asistir, y como había estado saliendo hasta momento; todo fue genial. Y aunque Jean le especificó sobre que no fue su maldita culpa, aún lo sentía así... incluso para la terminación del Mapa del Merodeador y de su primera prueba, Remus se sintió desgastado.
— Moony, ¡despierta, despierta! -Sirius ladró, sacando a Remus de su ensueño- El carrito está aquí, no quieres perderte tu almuerzo, ¿verdad?
— Oh, vamos. -Remus se volvió hacia el ruidoso y cálido carruaje, donde James estaba comprando al menos doce empanadas además de todos los dulces que podían manejar-
