🪄✩｡:•. ━━ 𝐋𝐄𝐆𝐀𝐂𝐘 ┃ ❝Despierta del sueño. Despierta ahora, que hoy, nadie ha muerto. Pero mañana... mañana, tal vez, alguien lo haga.❞
Un oscuro pasado sobre el mundo mágico.
Un tipo de magia poderosa, encubierta y arcaica.
Verdades a medias...
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23 de Diciembre, 1974.
Las vacaciones de invierno comenzaron, y los estudiantes de Hogwarts subían al gran tren escarlata, para volver con sus familias y pasar las fiestas.
En el caso de los merodeadores, irían todos juntos, a pasar navidad y año nuevo, a la mansión de los Potter. Los padres de Remus estuvieron encantados con la idea de que su hijo pasara las fiestas con sus amigos. Peter simplemente los visitaría, pues vivía una calle abajo de donde vivían los Potter. Para Jean, no hubo problema. Quizás se sintió un poco desanimada, por no pasar las fiestas con su hermano John, pero no se hizo problema cuando se enteró que su familia se estaría hospedado con sus abuelos, quienes vivían a un par de casas de los Potter.
Para Sirius si hubo un poco de problemas. Realmente su madre no había dejado una orden en donde pasar navidad, él solamente sabía que no estaba invitado a pasar las fiestas con los Black, por lo tanto, se quedaría en Hogwarts. Eso fue hasta que, junto a James, planearon que Sirius también debería ir a la mansión Potter. James se comunicó con sus padres, quienes le otorgaban la autorización a Dumbledore; de que Sirius, pasaría navidad con ellos. Por lo tanto, los merodeadores, continuarían juntos en sus días fuera de Hogwarts.
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Al llegar a Londres, a la estación King's Cross, Euphemia y Fleamont Potter, se encontraban esperando a su hijo y sus amigos. De inmediato, cuando se encontraron, los recibieron con cálidos abrazos, pues nunca faltaba el cariño y dulzura de los Potter. Luego, el Sr y Sra Potter, por medio de unas cuantas apariciones, dejaron a los merodeadores frente la puerta la mansión. Todos pasaron dentro, al gran vestíbulo, donde un aroma peculiar a delicadeza invadía sus fosas nasales, un aroma a hogar.
A Sirius se lo vio feliz y sonriente, luego de mes y medio sin tener expresión alguna. Si alguien amaba más estar en casa de los Potter, que los mismísimos Potter, era Sirius. Él también lo sentía como su hogar, además de Hogwarts, claro.
De inmediato apareció Gully, el elfo doméstico de los Potter, quien tan amablemente recibió a sus amos y a sus invitados. Ayudando a subir sus pertenencias a sus respectivas habitaciones.
— De acuerdo, mis niños, que les parece si... suben a ponerse cómodos y cuando bajen podemos hacer galletas. ¿Les agrada la idea? -preguntó Euphemia, con su amor maternal-
— ¡ESO SERÍA ESTUPENDO! -dijeron los cinco al unísono, como pequeños robots, sacando carcajadas de parte del señor Potter-
— De acuerdo. -rio Euphemia- Ahora, pueden subir, mis niños.
Los merodeadores comenzaron a subir, no sin antes, dejar un beso en la mejilla de la Sra. Potter al pasar junto a ella. Una vez arriba, Remus, Sirius y Jean tenían sus habitaciones separadas. La de Jean estaba continua a la de James, pues a James y Jean le encantaban hacer pijamadas juntos, incluso antes de Hogwarts. Por lo que ese cuarto, quedó apartado especialmente para la pelinegra.
